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La estadounidense Susan Sylkes, cuyo nombre artístico es Busty Heart, no es la única mujer en el mundo que se gana la vida gracias a sus senos. Pero su originalidad radica en cómo lo hace.
En los últimos 30 años, Busty se ha convertido en una celebridad gracias al tamaño y poder de su busto, región anatómica con la que destroza tablas, latas de cerveza y otros objetos. Gracias a esta habilidad ha recibido estruendosos aplausos en programas de entretenimiento en la TV estadounidense, y ha mantenido una apretada agenda de presentaciones en vivo.
Anoche, Busty volvió a la pantalla chica gracias a un reality show de E! Network, donde demostró que con 54 años encima, sigue teniendo senos de acero. Ante las cámaras, la peculiar preformer no se contentó con aplastar una lata de cerveza, sino que apostó a uno de sus números más difíciles: el rompimiento de sandía.
"Cuando fui a Japón, me enseñaron cómo hacerlo con ladrillos," dijo Busty, quien se hizo colocar implantes de 2.000 centímetros cúbicos en cada seno en 1990, antes de que la normativa legal de su país regulara el uso de las siliconas, obstaculizando semejantes excesos.
Interrogada acerca del modo en que sobrelleva semejante carga delantera, Busty asegura que no le causa ningún problema. En cambio, sí se queja de su estómago, cuyo aspecto quedó "demasiado liso y antinatural", luego de una fallida liposucción.
De cualquier manera, Busty admite que casi no ve esa parte de su cuerpo, ya que su generoso pecho se lo impide.
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