El mundo del espectáculo aún sigue conmocionado por la calvicie y patente desequilibrio de Britney Spears, que ha decidido dar un paso más en una escala descendente cada vez más pronunciada. El viernes pasado, tras raparse por completo la cabeza y hacerse un tatuaje en la muñeca, comenzaron a circular rumores sobre los problemas de desequilibrio mental de la cantante.

Este fin de semana, la revista People anunció que la joven decidió internarse en una clínica de rehabilitación, de la que salió tan sólo un día después.

El viernes, Britney llegó a las 7 PM a la peluquería Esther's Haircutting Studio en Tarzana. Allí le pidió a la dueña, Esther Tognozzi, que le afeitara la cabeza, a lo que ésta respondió: "No voy a tocar eso".

Britney pidió entonces que la dejaran raparse sola. Pidió una máquina de afeitar y se peló a 0, haciendo muy pocos comentarios y simplemente explicando que estaba harta de todo y que no quería que nadie la tocara.

El martes, Britney volvió a intentar recuperarse, ingresando voluntariamente al centro de rehabilitación "Promises" de Malibu, del que se escapó al otro día, "contra la opinión" de los responsables del centro.