Contenido creado por Florencia Blengio
Cultura

RESISTENCIA

Ana contra la muerte: la obra que fue furor vuelve a la Sala Principal del Teatro Solís

De Gabriel Calderón, con la actuación de Gabriela Iribarren, Marisa Bentancur y María Mendive.

18.02.2022 16:57

Lectura: 6'

2022-02-18T16:57:00-03:00
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Luego de la gira realizada en 2021 por España, donde participó de la Muestra Escénica Iberoamericana de Tenerife  y del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, y habiendo recibido cuatro Premios Florencio 2021 en las categorías Mejor Espectáculo, Medjor Director, Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto, en marzo vuelve Ana contra la muerte a la Sala Principal del Teatro Solís.

TEATRO SOLÍS. MARZO: 4 ,5 y 6 | 21 h.

ENTRADAS POR TICKANTEL Y BOLETERÍA DE LA SALA

RESEÑA

Las probabilidades de haber muerto son altísimas. Pero las de nunca haber nacido son, por lejos, mucho más altas. Cada persona que nace y vive, no solo es un milagro de la naturaleza por sus complejos mecanismos biológicos, sino que es un milagro estadístico, ya que las probabilidades de no nacer o las de morir rápido han estado siempre en nuestra contra. Por eso, rechazamos la muerte, no por miedo, no por pena, no por antinatural. La rechazamos porque los antinaturales somos nosotros, porque la muerte es una regla que viene a corregir la maravillosa excepción en la que nos hemos convertido. La muerte nos devuelve a la estadística de los minerales y del polvo estelar que habita mundos donde nada se cuenta porque nada hay. “Ana contra la muerte” es la historia de una mujer que ha entendido, no así, pero lo ha entendido, que uno debe resistir a la muerte todo lo que se pueda, y más aún también.

SOBRE LA OBRA

“Ana contra la muerte” trata sobre una madre y todas las cosas que debe atravesar para tratar de salvar la vida de su hijo. Se trata de contar las cosas más complejas de la manera más simple, para que la esencia y la potencia de vivencias por las que a veces atravesamos, en su edición y proyección desde un escenario, nos permita percibir y reflexionar sobre aquello que mirado directamente resulta insoportable. Una historia triste, pero contada con amor, alentando al público a atravesar las dificultades de la historia y sus aristas, con la potencia de tres grandes actrices del teatro uruguayo.

SOBRE LA DRAMATURGIA

Hace tiempo que sentía la necesidad de probar otro tipo de escritura. Venía sintiendo que poco a poco estaba sobreexigiendo el músculo de la escritura con piezas anteriores, así que luego de estrenar mi último espectáculo en 2018, sentí la imperiosa necesidad de probar con un nuevo tipo de escritura.

Para ello, en vez de evolucionar o de arrojarme hacia lo nuevo, recurrí a los orígenes y las tradiciones de la escritura teatral, encontrando en la escritura de diálogos un buen lugar desde el cual pensar la escena.

Es por esto que me propuse imaginar y escribir todos los diálogos difíciles a los que una madre se tiene que enfrentar cuando es impulsada en legítimo derecho a hacer lo imposible para salvar la vida de su hijo. “Ana contra la muerte” viene además, atravesada por una experiencia dolorosa y personal como el fallecimiento de mi hermana a sus jóvenes 35 años. Con esa experiencia y en medio de esta escritura, cuidando respetar el material en su esencia de ficción, me convencí de cambiar radicalmente la esencia de mi dramaturgia y respetar el tamaño y el dolor que el propio material exigía. Gabriel Calderón

SOBRE LAS ACTRICES

Hace unos diez años me junté con Gabriela, María y Marisa, y allí acordamos hacer algo juntos. Si bien pensábamos hacerlo en el mediano plazo, las ideas y los proyectos tienen sus tiempos, y en lo personal me llevó todo este tiempo encontrar una obra o una idea que nos pudiera juntar. Pero la tuve como un flash, como un relámpago, supe que la idea de esta obra tenía que ser con ellas y solo con ellas. Antes de escribirla, sin saber si la obra tendría uno, dos, tres o 14 personajes  —como finalmente terminó teniendo— lo único que sabía es que quería hacerlo con ellas.

Entonces, sin saber en qué andaban, si podrían o si querrían, les mandé un mensaje para juntarnos y hacerles la propuesta. Recuerdo que les dije "Finalmente tengo la obra para hacer con ustedes, se trata de una madre que trata de salvar a su hijo de la muerte. Aún no la escribí, pero lo haré solo si ustedes me dicen que quieren y pueden hacerla” Inmediatamente dijeron que sí, pero como era natural, inmediatamente comenzaron a preguntarme aquellas preguntas que todos nos hacemos cuando empezamos un proyecto ¿Y en qué fechas lo hacemos? ¿Cuántas horas de ensayo por día y que tiempo en meses dedicaríamos? ¿En qué teatro será? ¿Cómo la vamos a producir, tenemos dinero, aplicaríamos a algún fondo?

Toda la alegría, euforia y entusiasmo se ahogaron en un segundo en un mar de dudas, preocupaciones, gestiones y misterios que deberíamos atravesar si queríamos hacer esto posible. Fue entonces, en ese mismo momento, el mismo día en que comenzábamos y acordábamos hacer el proyecto que les propuse cómo debíamos hacerlo. “Miren si tengo que sentarme ahora a armar una carpeta, a pensar en una justificación teórica de lo que hacemos, poner en palabras la escenografía, el vestuario, las luces, cuando ni siquiera tengo el texto escrito, entonces no hacemos nada.

Esta obra se hará cuando podamos, donde podamos y con lo que tengamos. No será pobre, será contundente, pero apoyada totalmente en la actuación de ustedes. No quiero que nada nos distraiga del material. Lo que les propongo es que la hagamos con nuestras manos, que esta obra tenga el tamaño que nuestras manos le puedan dar” Así fue que cada vez que invitamos a alguien a unirse, le contábamos esto “Mirá, no tenemos plata ni la vamos a tener, todo lo que quieras hacer lo tenéis que poder hacer vos mismo, o enseñarnos a nosotros a hacerlo con nuestras manos”. Así se sumó Lucía, que comenzó a pensar una escenografía que ella misma podía y sabía construir, o que conocía a artistas que iban a querer sumarse. Incluso, cuando la plata de hizo indispensable —ya que por ejemplo si necesitábamos madera no queríamos llegar al extremo de ir a cortar árboles— se nos ocurrió escribir cartas a mano para pedirles pequeñas ayudas a amigos y conocidos, que colaboraran con nosotros en esta empresa, esta obra, este imposible.

Por eso la obra está construida alrededor, y sostenida por el talento y el cuerpo de las actrices, fue ese el centro y el objetivo del trabajo, todo lo que hicimos en su entorno fue para que la historia y las actrices, si se quiere el “teatro”, se proyectará más.

FICHA TÉCNICA 

Autoría y Dirección: Gabriel Calderón
Actuación: Gabriela Iribarren, Marisa Bentancur, María Mendive

Diseño y Realización de escenografía e

Iluminación: Lucía Tyler, Matías Vizcaíno, Miguel Robaina Mandl

Vestuario: Virginia Sosa
Comunicación: Matías Pizzolanti
Prensa: Silvina Natale
Fotografía: Pía Galvalisi y Mauricio Rodríguez
Desarrollo de identidad gráfica: Agustín Spinelli
Asistencia de Dirección: Elaine Lacey
Asistencia de Producción: Vladimir Bondiuk
Producción General: Matilde López Espasandín