Al terminar sus estudios, con dieciséis años, entró como aprendiz en una galería de arte. Tuvo después otras ocupaciones, pero no permaneció mucho tiempo en ninguna de ellas.
Luego de un rechazo amoroso se volvió cada vez más solitario, hasta que en 1878 empezó estudios religiosos, que pronto abandonó para unirse a un
grupo de mineros. La miseria en la que vivían le hizo perder la fe.
Descubrió en la pintura su auténtica vocación. En Arlés (Francia) pintó la mayoría de sus cuadros más importantes.
Al amanecer ya estaba con la paleta en la mano, y no la dejaba hasta que caía la noche. Tuvo su primera crisis mental, en la que se cortó parte de la oreja izquierda, en la Navidad de 1888. En abril del año siguiente, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, pidió que lo ingresaran en un hospital psiquiátrico, donde permaneció doce meses.
Sin conseguir superar su depresión, en mayo de 1890 fue sometido a un
tratamiento por el doctor Gachet que, además de médico, era pintor aficionado. Sin embargo, su estado de ánimo no mejoró.
En julio de 1890, con la excusa de ir a cazar cuervos consiguió un revólver
prestado, con el que se disparó un tiro. Falleció dos días más tarde, el 29 de julio de 1890, a los 37 años, en Auvers-sur-Oise (Francia).
Dejó una producción de aproximadamente ochocientos cuadros y otros tantos dibujos, además del excepcional documento que constituye su correspondencia con Theo, su hermano menor, quien siempre lo ayudó.
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