Por Juan Andrés Topolansky
El ajedrez tiene fama de ser un juego exclusivo para algunos pocos. Desde que se empezó a jugar competitivamente, a finales del siglo XIX, las partidas serias se extienden por varias horas (hasta 6 o 7 en varios casos), lo que requiere un enorme esfuerzo de concentración y paciencia. Los mejores ajedrecistas son vistos como personajes antisociales y excéntricos. Además, en libros y películas suele usarse el juego como rasgo característico de personajes de gran inteligencia. Recordemos a Harry Potter dirigiendo piezas de ajedrez viviente, a Spock en Star Trek jugando en un tablero tridimensional, o al brillante Profesor X de la saga X-Men batallando con Magneto sobre el tablero.
Sin embargo, más allá de los estereotipos, el ajedrez es un juego fácil de aprender, y en los últimos años fue ganando popularidad y volviéndose cada vez más accesible para el público. Aunque siempre existieron, las partidas rápidas y "relámpago" (de 10 o 15 minutos de duración) ganaron relevancia gracias a las páginas web y aplicaciones para jugar en internet, y la necesidad de adaptar el juego para atraer a una generación acostumbrada a un ritmo de entretenimiento mucho mayor. Hoy cualquiera, principiante o experimentado, puede jugar una o varias partidas en un ómnibus, sala de espera o en su cama antes de dormir, desde la comodidad de su celular y contra rivales de todo el mundo. El confinamiento también multiplicó el volumen de ajedrez online: solamente en chess.com, uno de los sitios más populares, se juegan más de 10 millones de partidas por día, y la plataforma suma 125.000 nuevos usuarios diariamente.
En el primer nivel cada vez son más comunes los torneos donde profesionales se enfrentan en partidas cortas, obligados a mover varias veces por minuto e improvisar genialidades mientras intentan no quedarse sin tiempo en sus relojes. A veces estas partidas se juegan en tableros reales, pero también por internet, especialmente 2020 cuando el COVID obligó a suspender la competencia presencial. Estos eventos son comentados en vivo en YouTube, Twitch y otras plataformas de streaming, en varios idiomas, acumulando audiencias sorprendentemente grandes y ofreciendo un espectáculo mucho más dinámico que el ajedrez tradicional de partidas largas e indescifrables. Este fenómeno, relativamente nuevo, ha hecho que en 2020 el campeón del mundo de ajedrez Magnus Carlsen se convirtiera en el jugador de e-sports con mayores ingresos del año pasado, registrando más de 500.000 dólares en premios por torneos online.
A su vez, recientemente algunos de los mejores jugadores del mundo abrieron sus propios canales de streaming donde juegan en vivo contra sus fans, interactúan con la audiencia y hacen chistes, poniendo al ajedrez en el mismo nivel de popularidad que muchos otros videojuegos o e-sports. Exhiben un carisma y naturalidad que chocan con el estereotipo del jugador de ajedrez distante e intelectual, y de esta forma el juego va alcanzando públicos cada vez más amplios.
Nunca fue mejor momento para iniciarse en el ajedrez, un juego milenario pero con extraordinaria y creciente popularidad en los últimos meses. Las reglas son sencillas, y empezando con una cuenta gratuita en alguna de las plataformas (como chess.com o lichess.org) cualquiera, niño o adulto, puede meterse en el maravilloso mundo del ajedrez y formar parte de una comunidad cada vez más grande y diversa.
Esta columna forma parte del proyecto Ajedrez para Todos. Si te interesa iniciarte en el ajedrez o hacer algún aporte o sugerencia, no dudes en escribir a ajedrezparatodosuy@gmail.com o al 098 717 828.
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