Sanz se encontraba en la madrileña Plaza de Atocha cubriendo la huelga taxis y su enfrentamiento con los choferes de aplicaciones, situación que lleva varios días distorsionando la movilidad de la capital española.

Cuando la convocaron desde estudios, la reportera se encontraba concentrada en sus papeles y ni se enteró hasta que le insistieron. Y su cara de asombro y desconcierto fue la comidilla de los televidentes.

Pero la cosa no hacía más que empezar. La profesional se recompuso y comenzó su intervención, pero poco después la tuvo que interrumpir por la aparición de un "espontáneo", quien aprovechó la presencia de la cámara para buscar sus segundos de fama. Y para lograrlos se despachó con una confidencia no solicitada: "tengo un testículo extirpado", dijo.