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Por The New York Times

“No hay razón alguna para quitarse los calcetines”: reglas de una auxiliar de vuelo

Todo el mundo tiene derecho a reclinar el asiento, pero hay una manera educada de hacerlo.

29.05.2023 12:08

Lectura: 6'

2023-05-29T12:08:00-03:00
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Por The New York Times | Kristie Koerbel

Después de 21 años como auxiliar de vuelo, lo he visto todo. La pandemia incrementó las tensiones a bordo: los incidentes más extremos de mal comportamiento de los pasajeros se tornaron violentos. Sin embargo, con más frecuencia veo que el comportamiento descortés conduce a desacuerdos verbales o molestia general.

Ahora que estamos por llegar a la ajetreada temporada de verano, vale la pena analizar algunos actos comunes de cortesía que me atrevo a decir que podrían hacer que viajar en avión sea placentero.

Estas son las reglas de etiqueta de mi aerolínea, que tienen como objetivo lograr un equilibrio entre tus estándares de comodidad razonables y la consideración hacia quienes te rodean.

Todo el mundo tiene derecho a reclinar el asiento, pero hay una manera educada de hacerlo.

La manera incorrecta es empujar el asiento hacia atrás tan fuerte y rápido como puedas. Así se han roto computadoras portátiles, se han derramado bebidas y se han provocado peleas a puñetazos que han obligado a desviar vuelos. Ten en cuenta tu entorno. Antes de reclinar tu asiento, mira detrás de ti, ve cuál es la situación y pregunta amablemente si hay algún inconveniente en que lo hagas.

Limpia lo que ensucien tus hijos.

No somos sirvientes. Los sobrecargos no tienen acceso a aspiradoras, escobas o artículos de limpieza, solo a jabón de manos, toallitas húmedas y aromatizante. No estás obligado a limpiar, pero es de buena educación. También hay efectos colaterales: la suciedad en el pasillo puede ser un peligro para la seguridad, y un gran trabajo de limpieza puede incluso retrasar el próximo vuelo. El pensamiento proactivo ayuda. ¿Puede un niño pequeño manipular sin problemas una bolsa grande de botana? Si la respuesta es no, coloca la botana en un recipiente más pequeño y manejable con anticipación.

Los compartimentos superiores no son tu juego de Tetris personal.

En clase económica, los compartimentos se usan por orden de llegada. No eres dueño del lugar que está justamente arriba de tu asiento, y no es aceptable sacar el bolso de otra persona para que el tuyo quepa. Deslizar las maletas para maximizar el espacio está bien, pero deja el acomodo más complejo a los aeromozos. Y recuerda: las bolsas pequeñas deben estar a tus pies, para así dejar espacio para las bolsas grandes en los compartimientos superiores.

Nadie quiere escuchar la conversación de tu videollamada.

No necesitamos escuchar ambos lados de esa conversación; además, el momento de abordar un avión no es idóneo para despedirse. Es hora de que te concentres en encontrar tu asiento y guardar tus maletas lo más rápido posible para que las personas detrás de ti puedan hacer lo mismo. Y hablando de estos temas, nadie quiere escuchar tus películas, videojuegos o tiktoks, así que lleva auriculares, incluso para los niños.

Al asiento del medio le tocan ambos reposabrazos.

Es el premio de consolación por estar atrapado entre dos personas sin ningún lugar donde apoyarse. Caso cerrado.

Los auriculares son un medio perfectamente aceptable para terminar una conversación.

¿Tienes un compañero de asiento que habla demasiado? Los auriculares son una excelente manera de evitar ser la caja de resonancia de un vecino que no entiende indirectas. Es mi táctica favorita: después de un largo día como auxiliar de vuelo, mis audífonos con cancelación de ruido son mi refugio. Quiero paz en mi viaje a casa.

No te quites los calcetines.

Si es un vuelo largo, por supuesto, relájate y quítate los zapatos, pero no hay razón alguna para quitarte los calcetines. El olor a pies es ineludible. Además, mantén tus pies lejos de los demás. No es aceptable apoyar los pies en el reposabrazos de la persona que está delante. Y recomiendo encarecidamente volver a ponerse el calzado para ir el baño.

Usa el botón de llamada como se debe.

Si necesitas algo (una recarga de café, asistencia con un problema médico o ayuda con un pasajero problemático), utilízalo. Eso es preferible a dar golpecitos en el hombro del sobrecargo, lo cual no está bien. Sin embargo, antes de presionarlo, asegúrate de que no estemos en el pasillo con un carrito de bebidas o una bolsa de basura. Eso significa que ya vamos en camino. Si tienes una verdadera emergencia, púlsalo varias veces para que sepamos que es importante.

No regañes a los hijos de otras personas.

Nada hace que un vuelo sea más desagradable que el hecho de que tu asiento se convierte en un saco de boxeo. Sin embargo, si un niño detrás de ti te está molestando, dirígete a los padres. No tienes derecho a gritarle al hijo de otra persona. Una buena manera de abordar esto es preguntar a los padres con calma y con una sonrisa si se han dado cuenta de que su hijo está pateando tu asiento. Luego diles que es molesto. ¿Hay alguna manera de hacer que el niño se detenga? De esta manera, tu tono no será acusatorio y harás una petición en vez de sonar mandón.

Resuelve tus problemas con los asientos antes de subir al avión.

Si tu familia está separada en el vuelo, la carrera caótica del embarque no es el momento en que los auxiliares de vuelo podrán resolverlo. Los agentes de la sala de abordaje tienen acceso al diagrama de asientos y las reservaciones familiares, así que pregúntales primero si es posible cambiar tus asientos. Algunas aerolíneas incluso tienen la política de que las familias con niños menores de 13 años deben tener asientos juntos, por lo que recurrir al agente de la sala de abordaje es lo mejor. O aún mejor: llama a la aerolínea antes de llegar al aeropuerto.

No tienes que cambiar de asiento si alguien te lo pide. Voy a ser impopular con esto. No, no tienes que cambiar de asiento con alguien que te lo pida. Si pagaste extra por tu asiento o incluso si solo es algo molesto para ti, puedes decir que no. Si es ventajoso, como cambiar un asiento del medio por un asiento junto a la ventana, o si te complace ayudar, adelante, cámbialo.

Descarga el inodoro, por favor.

Esto debería ser una cuestión de sentido común, pero de alguna manera no lo es. Lidio con esto todo el día todos los días. No quiero vaciar tus desechos, y tampoco quiere hacerlo el pasajero después de ti. Si no puedes encontrar el botón, búscalo. Te garantizo que hay uno en todos los baños de todos los aviones. Ahora que se acerca la ajetreada temporada de verano, una sobrecargo nos ofrece algunas reglas de etiqueta, entre ellas que “no hay razón alguna para quitarse los calcetines” durante un vuelo. (Hannah Agosta/The New York Times)