Contenido creado por Manuel Serra
Reflexiones de Medio Mundo

Reflexiones de Medio Mundo: Escribe Martín Olascoaga

“Los viajeros tenemos un gran problema y es que padecemos el síndrome de la eterna no – conformidad”

Ya han pasado 6 años desde que me largué a la aventura sin más que un pasaje de ida, con algunos dólares y una mochila llena de ilusiones de “conocer el mundo". Por Martín Olascoaga

21.09.2018 13:06

Lectura: 6'

2018-09-21T13:06:00-03:00
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A partir de este viernes, y de forma quincenal, Martín Olascoaga, quien vive la mayoría del año viajando por Asia (y por donde lo lleven sus pasos), presentará "Reflexiones de Medio Mundo", su columna en la que contará sus experiencias de lo que más sabe, los viajes, dará consejos sobre formas de hacerlo, contará anécdotas y compartirá con nosotros dónde se encuentra y qué sensaciones le genera. Sin más preámbulos, sumérjanse al viaje.

 

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Para empezar, me gustaría presentarme:

Soy Martin Olascoaga, tengo 27 años y luego de Licenciarme en Educación Física me largué de viaje "por el mundo". Hoy soy co - fundador de DestinOriente y junto a Pame, mi compañera, viajamos todo el año a la vez que vamos trabajando en este y otros proyectos que nos permiten mantener este estilo de vida nómade y si se quiere "alternativo".

En este primer artículo de "Reflexiones de Medio Mundo" y a modo de presentación me gustaría contarles alguna anécdota vivida en estos años de viaje y sobre todo responder a una pregunta: ¿Por qué viajo?

Con una escuela de niñas en el estado de Gujarat, India, 2015

Ya han pasado 6 años desde que me largué a la aventura sin más que un pasaje de ida, con algunos dólares en efectivo y una mochila llena de ilusiones de "conocer el mundo". Desde entonces, he hecho y vivido más cosas de las que me hubiese podido imaginar con tal de mantener este estilo de vida nómade y de viajero "full time" a través del tiempo.

A lo largo de estos años he viajado de muchas formas: en auto, a dedo, caminando, en tren y hasta en bicicleta. He dormido en más camas de las que he podido contar y también me ha tocado dormir en la calle, en templos, aeropuertos, baños públicos, edificios abandonados y ¡hasta en veleros! He trabajado como cocinero, agricultor, constructor, entrenador, barman, músico callejero y vendedor ambulante, entre tantas otras cosas.

En los últimos años he vivido y viajado por Australia, Indonesia, Sri Lanka, India, Nepal, Filipinas, Europa y Europa del Este, además de otros países "intermedios".

Todo esto en principio suena muy lindo, pero también deben saber que viajando me he enfermado, me he perdido, me he sentido solo, me han robado y estafado, he hecho mal los cálculos y me he quedado sin dinero, pero, más allá de todas estas circunstancias, siempre ha habido dentro de mí algo que me ha motivado a seguir y sobre esto voy a intentar escribir en los próximos párrafos.

Empecé a viajar para sentir la libertad. Necesitaba sentir que el mundo era realmente tan grande como lo describen los libros que leía, precisaba ver algo diferente, quería tener "historias para contar".

Desde el principio mismo, mi máxima motivación no fue ir a todos esos lugares que de tanto verlos en fotos parecía que ya los conocía y, en cambio, siempre busqué salir del camino convencional, quizá visitando y viendo lugares menos fantásticos, pero que al final siempre resultaban mucho más interesantes y auténticos.

Viajando a dedo por la isla de Sumbawa, Indonesia, 2013

Nunca estuve interesado en los grandes monumentos, ni tampoco en los paisajes de postal. Es más: ¡no fue hasta mi quinta visita a la India que por primera vez visité el Taj Mahal!

En principio esto quizá estuvo condicionado por mi bajo presupuesto, pero de a poco me fui dando cuenta de que realmente valía la pena no tener esas fotos con tal de aprovechar el tiempo de viaje viviendo experiencias únicas, no contadas por otros, irrepetibles.

Viajando por lugares que poco tienen de atractivo para los turistas me he encontrado con gente lindísima, de esa que uno solo ve en los pueblos. Gente con quienes con sólo una sonrisa y a falta de un idioma que nos uniese podíamos compartir días enteros de "charlas" e intercambios.

En las tribus de Sumba, Indonesia, conocí a Mikel que era el "jefe" de una tribu o gran familia. Mikel (de nombre cristiano debido a los misioneros que hasta allí llegaron) no hablaba una palabra de inglés, y yo sólo tenía una libreta en la que antes de salir había anotado algo así como 20 palabras en idioma local. Con Mikel pasamos 10 días compartiéndolo todo. Me alojé en su casa, conversamos muchísimo, comí con su familia, asistimos al festival "Pasola", me presentó a los jefes de otras tribus y hasta sacrificaron un cerdo en honor a este extraño visitante que tomaba té en un vaso forrado en cuero pero que al igual que ellos comía con la mano, iba al baño en el monte y dormía bajo las estrellas.

Con Mikel, jefe de una de las tribus o aldeas locales de la isla de Sumba, Indonesia, 2015

Experiencias como esta, de las cuales he tenido la suerte de vivir varias puede que sean la respuesta a ¿Por qué viajo?

Pero también, me gustaría compartirles algo que había escrito mientras vivía alguno de esos momentos reflexivos y un poco nostálgicos que los viajes te regalan:

"Los viajeros tenemos un gran problema y es que padecemos el síndrome de la eterna no - conformidad. Todo lo que vemos nos gusta, todo lo que conocemos nos encanta, pero de todo eso nada nos enamora tanto como para perder nuestra propia libertad."

Quizá al final de todo esta sea la respuesta definitiva a esta pregunta que tantos días me ha tomado responder: muchas veces uno viaja para liberarse, para salir de ese "personaje" que a través de los años vamos construyendo, para tener espacio para sí mismo.

Cuando uno viaja finalmente se siente liviano y esa sensación de poder agarrar la mochila e ir a donde quieras se transforma en el éxtasis mismo de tu aventura. Llega un momento en el cual el viajero se hace adicto a los cambios permanentes, a los choques culturales, a ver diferentes formas de habitar un mismo mundo, a la incertidumbre ...

Creo que el verdadero viajero más allá de lugares, busca experiencias y a través de esas experiencias busca aprendizajes. Aprendizajes que sólo él sabrá cuáles son, pero que, sin duda se convierten en el motor mismo de esta eterna aventura.

En una aldea del estado de Uttar Pradesh, India.

Bienvenidos a "Reflexiones de Medio Mundo" una columna quincenal en la cual estaremos compartiendo relatos sobre viajes, consejos, fotos y datos sobre diferentes lugares del mundo.
Espero que les guste, gracias por su tiempo. ¡Saludos a todos!

Por Martin Olascoaga | @destinoriente