Contenido creado por Cecilia Mancuso
Cultura

Un largo camino

“50 años de trayectoria” de Mario Giacoya

AGADU realizará un homenaje al artista Mario Giacoya por sus 50 años de trayectoria en la Casa del Autor.

27.07.2016 11:44

Lectura: 4'

2016-07-27T11:44:00-03:00
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Dicen que los vínculos verdaderos se sustentan en la simplicidad de lo cotidiano. Hace unos meses se oía en un jardín la charla entre dos amigos. Tomaban café con masitas en las tacitas de la abuela y soñaban con crear un libro de colores. Con los colores del campo. Con los colores del campo del Uruguay. Hoy ese libro está en tus manos*. Y es portador de la rica simplicidad con la que Mario Giacoya nos une a la cotidianeidad del campo uruguayo. Nos vincula al campo a través de un recorrido pictórico por estancias de nuestro país, llevándonos de viaje a nuestras raíces históricas teñidas de un colorido presente.

La obra de Mario Giacoya revela una intensa empatía con la naturaleza que se percibe, sobre todo, en descriptivos paisajes del campo uruguayo. Como si buscara fundir el misterio de la luz, el color, la forma y la vida y costumbres de los trabajadores de campo con el alma de la naturaleza. Su pintura, de hecho, transmite una bondad abarcadora de lo natural y para ello se vale de colores purísimos vertidos sobre la paleta y el lienzo. Nos ofrece una sensación de inocencia y sencillez de trazos puros e incontaminados que dejan entrever una profunda sabiduría y magistrales técnicas de ejecución.

El arte de Giacoya nos regala bienestar y armonía, una frescura infantil, una mirada sin estrenar y una espiritualidad casi mística. Piezas donde cada ser vivo es una pincelada sintética de candor arcádico, con gran economía de medios; donde todo parece mantener un orden geométrico, y donde la presencia humana y sus costumbres también se disuelven en comunión con la naturaleza, como un ladrido lejano o una "reminiscencia del tiempo" ("Tropa" de Luis Neira).

Giacoya transmite la emoción gozosa y sufrida del trabajo sagrado del que crea, expresando los secretos que el campo le susurra sin filtros ni puntos de fuga: lo que le dice un espléndido paisaje inundado de sol; la paz rumiante del ganado que lo habita cuando los ruidos se adormecen; la tierra labrada por hombres y mujeres que , como los animales, no saben de "feriados ni fiestas de guardar" ("Tambos y tamberas" de Luis Neira); llanuras y serranías surcadas por caminos arados: busques bañados por cursos de agua o de luna; y estancias de nuevo siglo, como mudos testigos de la transformación silenciosa a la que asiste nuestro campo.

De hecho, Uruguay ha sido, es y posiblemente será un país ganadero. Desde que Hernandarias introdujo las primeras vacas en el territorio de la Banda Oriental (1614- 1617), la producción de carne vacuna nos ha identificado en el mundo. Pero a principios del siglo XXI el sector más tradicional del país experimenta profundas transformaciones, al punto que es posible afirmar que el campo ha cambiado más en los últimos 15 años que en los anteriores 400: nuevas empresas e inversores extranjeros han modificado la estructura agropecuaria. Las tecnologías innovadores, las políticas de gestión y el contexto regional del sector agropecuario promueven cambios intensos. Estos primeros años del nuevo siglo han ido transformando, silenciosa, pero marcadamente el paisaje social del Uruguay rural con la comunión de las migraciones del hombre de campo uruguayo a la llegada de extranjeros a nuestras tierras.

Y esos cambios también pueden percibirse en los paisajes de Giacoya. Sus pinturas se fusionan con los relatos y poesía campestres de Luis Neira. Todo ese material sensible se complementa y entrelaza con informes técnicos sobre cada sector agropecuario del Uruguay, conformando un entramado pictórico- literario-documentado que espejea desde una perspectiva poliédrica los aspectos más costumbristas y novedosos del campo y sus habitantes. Cada trazo, verso y dato contextualiza la riqueza natural del territorio nacional como cajas chinas, una potente técnica que dota de sutileza, misterio, dinamismo e interés a ese maridaje de artes plásticas y escritas.

Estamos, entonces, ante una creación además de pictórica, poética, informativa y divertida. Desde esa perspectiva, Giacoya, considerado hoy, con razón, uno de los más importantes creadores uruguayos, con décadas de producción, obra como cronista de un tiempo nuevo, desde el elogio a la paz campesina, ajena al tumulto y siempre cercano a los natural; un don espiritual que mezcla con gran inteligencia y ánimo burlón y didáctico los tonos patrios, del campo al cielo.