Este sábado 15 de noviembre a las 18.30, más de 6.500 corredores escribirán una nueva página de la Carrera San Felipe y Santiago, la tradicional prueba montevideana que este año celebra sus 30 ediciones. La largada será, como es tradición, en el Sofitel Carrasco, y el recorrido bordeará la rambla hasta Kibón, en una postal que ya forma parte del ADN de Montevideo.

Una carrera con historia

Más que un evento deportivo, la San Felipe y Santiago rinde homenaje al origen mismo de la ciudad. El nombre evoca el título colonial original de Montevideo: San Felipe y Santiago de Montevideo, fundado bajo la advocación de San Felipe Apóstol, San Santiago el Menor y el rey Felipe V de España. Así, correr por la rambla se convierte en un acto de memoria activa y celebración colectiva.

Mucho más que una competencia

Durante la semana previa, el Espacio Modelo (Cádiz 3294) se transforma en un punto de encuentro con entrega de kits, zona saludable y actividades recreativas para niñas y niños. La carrera se vive como una fiesta comunitaria, en la que familias, vecinos y corredores se reúnen en torno a un evento que ya es tradición.

Seguridad y cobertura médica a la altura

La organización médica estará a cargo de UCM Falck, con un operativo especialmente diseñado:

La doctora Ana Mieres, directora técnica de UCM Falck, lo resume: “Somos la emergencia de las grandes carreras. Estar presentes es cuidar desde antes de que algo pase”.

Una ciudad que se reconoce en el movimiento

Desde su primera edición en 1996, esta carrera ha evolucionado con la ciudad. Lo que nació como una competencia entre aficionados, hoy es un símbolo del vínculo de Montevideo con su gente, con su costa y con su historia.

En cada zancada, en cada aplauso, en cada llegada a Kibón, hay algo más que deporte: hay identidad, hay pertenencia, hay futuro en marcha.

Este sábado, cuando el sol comience a caer y el viento sople desde el este, Montevideo volverá a correr al ritmo de su historia.