La banana o plátano genera cierto rechazo entre algunas personas debido a su alto contenido de carbohidratos y azúcar. Pero ¿es necesario preocuparse por este dato? Analicemos en detalle las propiedades de esta fruta.
La banana es una fruta natural del sudeste de Asia que se cultiva en muchas zonas cálidas de todo el mundo.
Un 90 % de sus calorías procede de carbohidratos, almidón o azúcar, que varían según el estado de madurez.
Los plátanos verdes contienen en su mayoría almidón y los amarillos contienen azúcar.
Es una fruta rica en vitamina B6, vitamina C, manganeso y potasio y posee un elevado contenido de fibra y antioxidantes.
Toda esta combinación le confiere unas propiedades únicas y muy saludables que merecen ser mencionadas aparte:
Rica en fibra
Una banana de tamaño mediano posee alrededor de 3 gramos de fibra, una sustancia no digerible con numerosos efectos positivos en el organismo.
El consumo de fibra disminuye los picos de insulina, combate el estreñimiento y reduce el apetito e incita a ingerir menos calorías, lo que favorece la pérdida de peso.
Además, los plátanos inmaduros también poseen almidón resistente y pectina.
Por un lado, el almidón resistente puede prevenir el cáncer de colon, reducir el riesgo de obesidad y diabetes, disminuir el colesterol, reducir las piedras en el riñón y mucho más...
Y por otro lado, la pectina disminuye la glucosa en sangre, reduce el apetito y protege contra el cáncer de colon.
Reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular
El potasio presente en los plátanos es el responsable de proteger el organismo de la aparición de enfermedades cardíacas.
Se trata de un mineral que juega un papel muy importante en el control de la presión arterial y, de hecho, existen estudios que lo corroboran.
Al parecer, 4,7 g diarios de potasio reducen en un 8-15 % el riesgo de accidente cerebrovascular y en un 6-11 % el riesgo de infarto de miocardio.
Contribuye a una mejor digestión
El almidón resistente y la pectina llegan al intestino sin ser digeridas y allí funcionan como nutrientes prebióticos y alimento de la flora intestinal, promoviendo el desarrollo de estas bacterias benignas.
Al descomponer el almidón resistente y la pectina, la flora intestinal produce butirato, un ácido graso que favorece la salud intestinal.
El plátano y la diabetes
Los alimentos ricos en carbohidratos poseen un índice glucémico alto que provoca picos de glucosa y el plátano es uno de ellos.
Sin embargo, estamos ante un caso especial, ya que dependiendo de su estado de madurez el plátano posee un índice glucémico mayor o menor.
De esta forma, una persona diabética podría consumir de forma moderada plátanos inmaduros, pero no maduros, puesto que estos últimos se componen básicamente de azúcares (índice glucémico alto).
No obstante, se aconseja realizar un seguimiento de glucosa para asegurarse de que su consumo no altera demasiado los niveles.
Por Nutrición Sin Más
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