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Mujer

Por The New York Times

Por qué decenas de deportistas se manifiestan sobre el derecho al aborto

Sin importar lo que ocurra más de 500 mujeres deportistas se han manifestado.

28.09.2021 12:06

Lectura: 7'

2021-09-28T12:06:00-03:00
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Por The New York Times | Kurt Streeter

Crissy Perham nunca había hablado de su decisión en público.

En 31 años, Perham, tres veces medallista olímpica, solo le había contado a un puñado de personas cómo había sido quedar embarazada cuando era una estudiante de segundo año de universidad con dificultades y haber decidido abortar. Guardó silencio sobre la libertad y la segunda oportunidad que le proporcionó la interrupción de su embarazo, guardó silencio sobre cómo ayudó a forjar su carrera como nadadora y el éxito que experimentó una vez que esta terminó.

Pero ahora, dice, hablar es una obligación.

“Tengo 51 años, y a estas alturas no debería avergonzarme de la decisión que tomé por mi salud reproductiva”, me dijo Perham en una entrevista la semana pasada. Ninguna persona, continuó, debería sentirse avergonzada ni abochornada de contar sus historias, como suele pasar con tanta frecuencia. “En especial cuando hay tanto en juego”.

Busqué a Perham porque fue una de las más de 500 deportistas que presentaron la semana pasada un sorprendente escrito ante la Corte Suprema de Estados Unidos, en una valiente muestra de apoyo a los derechos reproductivos en un caso pendiente que podría llevar al desmantelamiento del precedente Roe contra Wade, la sentencia pronunciada hace 48 años por el tribunal supremo que legalizó el aborto en todos los estados.

En el escrito se relata una versión abreviada de la historia de Perham, sincera y directa, respaldada por un amplio elenco de atletas universitarias poco conocidas, atletas olímpicas del pasado y el presente, estrellas conocidas como Megan Rapinoe y Sue Bird, y el sindicato de jugadoras de la WNBA (Asociación Nacional de Baloncesto Femenil).

¿La principal demanda del escrito? Si las mujeres no tienen la opción de abortar, sus vidas podrían verse alteradas y no prosperarán en el deporte a los niveles a los que nos hemos acostumbrado; niveles que vimos hace poco en los Juegos Olímpicos de Tokio, en las eliminatorias de la WNBA y en el torneo de tenis del Abierto de Estados Unidos en Nueva York. Tener la capacidad de decidir si se quiere ser madre y cuándo hacerlo está directamente relacionado con un ingrediente clave que ha alimentado el amplio éxito de las mujeres en el deporte de alto nivel: la capacidad de controlar, cuidar y llevar su cuerpo al límite, sin pausas de meses o años y sin los cambios físicos a veces permanentes que puede causar el embarazo.

En varias conversaciones conmigo, Perham ahondó en su historia, sincerándose con un periodista por primera vez sobre la dura decisión que tomó cuando era una nadadora de 19 años en la Universidad de Arizona.

Habló de las olas de miedo que sintió al descubrir que la píldora anticonceptiva que había estado tomando había fallado. Recuerda que se dio cuenta de que no tenía la madurez necesaria para criar a un hijo ni los medios para hacerlo. En lo más profundo de su ser, sabía que tener un bebé acabaría con los sueños deportivos que la habían definido durante años. Perham me contó que una mañana de enero de 1990 condujo sola por Tucson hasta un discreto centro de salud de Planned Parenthood y la recibió un personal médico dedicado y sin prejuicios que realizó el aborto con cuidado.

“Al interrumpir mi embarazo, tomé una decisión sobre la dirección que quería que tomara mi vida”, dijo. “Otra persona podría decidir algo distinto y eso está bien. Pero esta fue la mejor decisión para mí”.

Perham dijo que pasar por esa crisis la hizo madurar y la ayudó a concentrarse como nunca en la escuela y en la piscina. Siete meses después, ganó un título nacional de natación en los 100 metros mariposa. A continuación, consiguió dos títulos consecutivos de la NCAA en esa prueba.

Al año siguiente, volvió a ser campeona. Había pasado de ser una atleta que, en sus propias palabras, “no era considerada por nadie para formar parte del equipo nacional” a convertirse en una de las mejores del mundo.

En los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona, España, –recién casada con su primer marido y conocida en ese entonces como Crissy Ahmann-Leighton– fue capitana del equipo femenino de natación de Estados Unidos y ganó dos medallas de oro en relevos y una de plata en los 100 metros estilo mariposa.

Ahora, en retrospectiva, Perham no puede imaginar que las partes buenas de su vida hubieran sucedido como lo hicieron de haber tenido un bebé a los 19 años: no solo su carrera en la natación, sino también su exitoso segundo matrimonio, sus trabajos como entrenadora de nadadores de secundaria y el hecho de ser madre de dos hijos mayores de 20 años en este momento.

La vida tal y como la conoce, la vida que ama, es producto de esa decisión, reconoció. “Eso no es extraordinario”, señaló y añadió que muchas deportistas tienen historias similares.

En mayo, la Corte Suprema anunció que escucharía la apelación de Misisipi a la decisión de un tribunal inferior que bloqueó la ley estatal que prohíbe el aborto después de las 15 semanas de gestación. En el precedente Roe, la Corte Suprema legalizó el aborto hasta el momento de la viabilidad del feto, que es cerca de las 25 semanas. En el caso Roe, se reconoció que la decisión de continuar con un embarazo, que afecta al bienestar y al futuro de la mujer, es una cuestión de elección individual.

Los activistas del derecho al aborto creen que si los jueces fallan a favor de la prohibición en Misisipi, el precedente Roe se verá afectado de manera grave. No se sabe el número exacto de mujeres deportistas que se oponen al derecho al aborto, pero esto es seguro: la amenaza al fallo de Roe indignó y movilizó a las deportistas que quieren que se proteja. El escrito de 73 páginas, uno de decenas de escritos de amigos del tribunal que se han presentado en el caso, pretende ser una muestra de apoyo al derecho a decidir. El escrito, llevado ante el tribunal la semana pasada por el poderoso bufete de abogados Boies Schiller Flexner, es otra señal del rápido crecimiento del empoderamiento de las atletas. Animadas a pronunciarse sobre cuestiones que van más allá de sus deportes, están creando redes como nunca antes.

Perham, por ejemplo, se enteró del escrito hace dos semanas a través de Casey Legler, una exnadadora olímpica y activista que ahora es escritora y restauradora en Nueva York.

“Fue como un sistema de raíces natural que ni siquiera sabíamos que estaba ahí”, dijo Legler. “Fueron nadadoras que llamaron a jugadoras de fútbol que llamaron a su agente, que llamó al jugador de baloncesto cuya novia está en el equipo de clavados, que se acuerda de la chica que jugaba al hockey”.

“Todos sabemos lo que está en juego”, añadió.

El 1.° de diciembre, la Corte Suprema tiene previsto escuchar los argumentos del caso de Misisipi, y es posible que emita un fallo en el verano.

Sin importar lo que ocurra (y con una mayoría conservadora en el tribunal, pero también un par de jueces decisivos, hay ansiedad en ambos lados sobre cuál podría ser el fallo) más de 500 mujeres deportistas se han manifestado. Crissy Perham en su casa de Rociada, Nuevo México, el 24 de septiembre de 2021. (Adria Malcolm/The New York Times). Crissy Perham, quien ganó tres medallas olímpicas, incluidas dos de oro en los Juegos de Barcelona 1992, en Rociada, Nuevo México, el 24 de septiembre de 2021. (Adria Malcolm/The New York Times).