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Salud

Por The New York Times

La prueba casera es negativa, pero ¿podría aún tener COVID-19?

Esa es la pregunta que desconcierta a muchas personas que han recurrido a una prueba casera porque les duele la garganta o tienen tos.

13.04.2022 13:10

Lectura: 7'

2022-04-13T13:10:00-03:00
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Por The New York Times | Tara Parker-Pope

¿Qué significa en realidad un resultado negativo en una prueba casera de COVID-19?

Esa es la pregunta que desconcierta a muchas personas que han recurrido a una prueba casera porque les duele la garganta, tienen tos o secreción nasal. Tras pasar un hisopo por la nariz y esperar unos angustiosos 15 minutos, el resultado es negativo.

Aunque un resultado negativo es un alivio, también nos hace sentir incertidumbre. ¿Estoy realmente libre de COVID-19? ¿O más bien la prueba no lo detectó? ¿Debo volver a hacerme la prueba? ¿Puedo estar con otras personas?

A decir de los expertos en pruebas y salud pública, la confusión está justificada. Se debe a la falta de comprensión de cómo funcionan las pruebas. Las pruebas caseras rápidas de antígenos buscan fragmentos de proteínas virales a partir de un hisopado de la nariz y están diseñadas para identificar si se tiene un nivel infeccioso del virus. No obstante, una prueba negativa no te asegura que no tengas COVID-19.

Puede ser que tus síntomas sean una respuesta inmunitaria que señala la llegada del COVID-19 u otro invasor. Cuanto más se esfuerce el sistema inmunitario por frenar el virus, sobre todo si está reforzado por los anticuerpos de la vacuna, más probabilidades hay de obtener un resultado negativo temprano en una prueba rápida, incluso si uno está infectado.

“Puede ser que el virus en tu cuerpo esté librando una batalla contra tu sistema inmunitario”, explicó Michael Mina, director científico de eMed, una empresa que ayuda a los usuarios de pruebas rápidas a recibir tratamiento desde casa. “Si la prueba es negativa y tienes síntomas, no asumas que es negativa. Da por hecho que el virus no ha tenido aún la oportunidad de desarrollarse. Los síntomas pueden significar que tu sistema inmunitario solo está dando un aviso muy temprano”.

Mina aconseja a la gente que se haga una prueba rápida el primer día de la aparición de los síntomas. Un resultado positivo significa que es casi seguro que tienes COVID-19. Si el resultado es negativo y los síntomas continúan, hay que tomar precauciones, usar cubrebocas y evitar el contacto cercano con otras personas. Si no puedes hacerte una prueba todos los días, espera 48 horas y repítela. Si el resultado sigue siendo negativo, pero los síntomas persisten o empeoran, debes realizar otra prueba al cuarto día. También puedes acudir a un centro de pruebas para realizar una prueba PCR, que a veces puede detectar la COVID-19 un poco antes que una prueba casera, aunque es posible que tengas que esperar uno o dos días para obtener los resultados.

Los expertos dicen que si tienes síntomas y los resultados de las pruebas caseras siguen siendo negativos, puede ser que tu sistema inmunitario esté haciendo un buen trabajo para vencer al virus. O puede ser que tengas otra enfermedad. En cualquier caso, hay que evitar contagiar a los demás.

“Si tienes síntomas y las pruebas siguen resultando negativas, las probabilidades de que puedas contagiar la enfermedad son menores”, afirma Robert Wachter, jefe del Departamento de Medicina de la Universidad de California en San Francisco. “Pero lo más probable es que ese día debas usar cubrebocas porque tienes algo”.

Y, recuerda, el resultado de tu prueba casera es solo un dato. Si no has salido de casa en semanas, tu resultado negativo tras unas cuantas pruebas quizá sea certero. Si tienes síntomas y has ido a bares o un miembro de tu familia ha estado expuesto a la COVID-19, debes ser más precavido, aunque los resultados iniciales sean negativos. Puede ser que te hayas hecho la prueba demasiado pronto y que tu carga viral no sea lo bastante alta como para ser detectada.

Cuando Jillian Horton, internista de Winnipeg, Manitoba, empezó a sentirse mal, estaba bastante segura de que tenía COVID-19. Su marido había estado expuesto y también tenía síntomas. Decidió llevar a cabo un experimento, se hizo la prueba varias veces en el transcurso de unos días para seguir la dinámica del virus. “Como mi marido dio positivo y yo tenía muchos síntomas, estaba segura de que tenía COVID-19”, relató Horton. “Tenía curiosidad de ver si podía precisar cuándo podría dar positivo”.

El marido de Horton comenzó a presentar síntomas un viernes por la noche y esa noche la prueba de ella fue negativa. El sábado, ella empezó a sentirse mal y se hizo la prueba tres veces a lo largo del día. Los tres resultados fueron negativos.

El domingo por la mañana se despertó y se sintió peor. A las 6 de la mañana se hizo la prueba y vio una línea tenue, que denominó un “positivo débil”. Se hizo dos pruebas más el domingo y ambas fueron negativas.

El lunes por la mañana, volvió a hacerse la prueba y enseguida dio positivo.

Lo más destacable del experimento de Horton es que si se hubiera hecho la prueba el domingo a otra hora, tal vez nunca hubiera descubierto el positivo débil. Era evidente que su sistema inmunitario estaba luchando contra el virus, como demuestran los dos resultados negativos que obtuvo ese mismo día.

Horton indicó que hacerse la prueba en el momento adecuado para captar una carga viral elevada es como poner una red en un arroyo. Si no hay peces, no vas a pescar nada. Pero si colocas la red en el momento en que abundan los peces, cenarás pescado.

Horton señaló que le preocupa que demasiada gente piense que las pruebas no funcionan cuando, en realidad, son una herramienta útil si sabes cómo utilizarlas. Son ideales para “descartar” la presencia de la COVID-19, pero hay que tener en cuenta más información a la hora de evaluar una prueba negativa.

“A menudo oigo a la gente decir: ‘La prueba no sirve para nada’”, comenta Horton. “Lo que mi experiencia ilustra es que, cuando se tienen síntomas, las pruebas son en realidad pruebas de ‘descarte’. Pienso en esos dos días en los que tenía tantos síntomas. Una prueba fue positiva y cinco fueron negativas. Solo hubo un momento en el que fui más contagiosa”. Mina afirma que, a pesar de las limitaciones, las personas pueden beneficiarse de las pruebas frecuentes cada vez que sospechen que han estado expuestas, tengan síntomas o quieran asegurarse de que no son infecciosas antes de interactuar con una persona de alto riesgo. También recomienda hacerse la prueba antes de volver a ver a otras personas para estar seguros de que no pueden contagiarlas.

“Son herramientas que tienen un enorme beneficio durante una pandemia como esta. Te dirán en qué momento eres más susceptible de propagar la enfermedad”, dijo Mina. “La mayoría de las veces te dirán en qué momento eres apenas infeccioso. Identificarán casi a todos aquellos que tengan una carga viral tan alta como para contagiar. Pero no serán perfectas”. Personas pasan frente a las cabinas de pruebas de COVID-19 en Manhattan, el 30 de marzo de 2022. (Hiroko Masuike/The New York Times) Personas reciben kits gratuitos para hacerse una prueba para detectar la COVID-19 en el Museo de Historia Natural de Estados Unidos en Manhattan, el 30 de marzo de 2022. (Hiroko Masuike/The New York Times)