La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió este lunes una recomendación inédita a favor del uso de tres medicamentos originalmente concebidos para tratar la diabetes tipo 2 en personas con obesidad, en medio de una crisis sanitaria global que afecta a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo.

La OMS sugiere el uso de semaglutida, liraglutida y tirzepatida, fármacos conocidos como análogos del GLP-1, los cuales imitan una hormona intestinal que reduce el apetito, retrasa el vaciado gástrico y mejora la regulación de la glucosa. Estos efectos contribuyen a la pérdida de peso en pacientes con obesidad.

“Aunque la medicación por sí sola no resolverá esta crisis sanitaria mundial, las terapias con GLP-1 pueden ayudar a millones de personas a superar la obesidad y reducir los daños asociados a ella”, afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Un tratamiento útil pero no exento de polémica

El uso de estos fármacos en personas sin diabetes ha generado controversia a nivel mundial. Su creciente demanda con fines estéticos ha provocado escasez en el suministro para pacientes con diabetes tipo 2, mientras que su elevado precio ha desatado un debate ético sobre la equidad en el acceso.

Otro de los problemas observados es que gran parte del peso perdido tiende a recuperarse si se interrumpe el tratamiento, lo que ha llevado a pensar en su uso crónico, con implicancias económicas y sanitarias significativas.

Pese a ello, la OMS destaca la urgencia de abordar la obesidad, una condición que fue responsable de 3,7 millones de muertes en 2024 y que podría duplicar su prevalencia en cinco años. Además, es un factor de riesgo clave en enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.

Recomendación con condiciones

La OMS recomienda el uso de estos fármacos en adultos no embarazados y en tratamientos de al menos seis meses, aunque aclara que la recomendación es condicional, debido a:

Además, el organismo sugiere que estas terapias se acompañen de intervenciones de estilo de vida saludable, como dieta y ejercicio, aunque reconoce que la evidencia sobre su efectividad complementaria es limitada.

Acceso desigual y posibles soluciones

Uno de los puntos críticos abordados por la OMS es el acceso desigual a las terapias con GLP-1, especialmente en países con sistemas de salud más frágiles. Se estima que, incluso con un aumento de la producción, menos del 10 % de las personas que podrían beneficiarse de estos tratamientos tendrán acceso a ellos para 2030.

Ante este escenario, la OMS propone estrategias como: