Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Nada es comparable al teléfono

El teléfono: aliado para mejorar la supervivencia de pacientes con insuficiencia cardíaca

Sencillo de implementar y de bajo costos, un sistema de llamadas podría ser un auténtico salvavidas.

06.02.2023 15:40

Lectura: 4'

2023-02-06T15:40:00-03:00
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Una llamada telefónica de un enfermero podría ser la mano amiga necesaria para ayudar a mejorar la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardíaca.

Una nueva investigación del Instituto Cardíaco Smidt de Cedars-Sinai, en Los Ángeles, encuentra que unas llamadas para ver cómo están podrían ayudar a salvar vidas.

“Hay mucha tecnología nueva y muchas ideas nuevas sobre cómo gestionar a las personas con insuficiencia cardíaca, pero demostramos que hablar por teléfono, que es anticuado y no requiere mucha tecnología, en esencia monitorizar la respuesta a ‘¿Cómo se siente?’, puede mejorar los resultados”, señaló el autor para la correspondencia del estudio, el Dr. Ilan Kedan, profesor de cardiología del instituto.

Alrededor de un tercio de las personas fallecen en un plazo de un año tras ser hospitalizadas por insuficiencia cardíaca, que es una afección en la que el corazón no bombea suficiente sangre para respaldar a los órganos. Alrededor de un 15 a un 20% de los pacientes con insuficiencia cardíaca que fueron hospitalizados vuelven al hospital en un plazo de 30 días, según investigaciones anteriores.

Para estudiar el impacto de las llamadas telefónicas en los resultados, los investigadores incluyeron a poco más de 1.300 pacientes de a partir de 50 años, que fueron hospitalizados por una insuficiencia cardíaca aguda entre octubre de 2011 y setiembre de 2013 en seis centros médicos académicos de California.

La mitad de los pacientes fueron asignados al azar a recibir un nuevo plan de atención posterior a la hospitalización.

En este nuevo plan, los pacientes recibieron un monitor de la presión arterial y una báscula. Los pacientes recibieron educación sobre la insuficiencia cardíaca antes del alta, además de un promedio de cinco llamadas a lo largo de un período de 180 días, durante los cuales los enfermeros les preguntaron sobre el peso, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y cualquier síntoma inusual.

Los pacientes que reportaron resultados o síntomas anómalos recibieron más llamadas de seguimiento.

La otra mitad de los participantes del estudio recibieron la atención usual, lo que incluyó que un enfermero los educara sobre la insuficiencia cardíaca antes del alta y, para la mayoría de los pacientes, una llamada del hospital tras la vuelta a casa.

Los investigadores también agruparon a los pacientes según el número de afecciones de la salud adicionales que tuvieran (“comorbilidades”), que iban de cero a nueve o más, según informa HealthDay News.

Los pacientes categorizados en el grupo con el número más alto de afecciones adicionales que también estaban en el grupo de la intervención tuvieron unas probabilidades un 25 por ciento más bajas de morir a los 30 y a los 180 días que los pacientes en el grupo de control. Los de este grupo también estuvieron en el hospital una mediana de 152 días, frente a una mediana de 133 días entre los pacientes que no recibieron la intervención.

Los pacientes en los grupos de afecciones de la salud adicionales entre bajas y moderadas que recibieron las llamadas más frecuentes no presentaron ningún resultado estadísticamente significativo, en comparación con los pacientes que recibieron solo una llamada. Las tasas de readmisión fueron similares en el grupo de la intervención y el de control, según el estudio.

“Lo que hace que este estudio sea único es nuestra metodología, la forma en que agrupamos a las personas según el número de comorbilidades que tenían”, comentó Kedan en un comunicado de prensa de Cedars-Sinai. “Los investigadores quizá deben pensar en usar un método similar para identificar cuáles pacientes podrían obtener el mayor beneficio de las intervenciones para la insuficiencia cardiaca”.

Esta se considera una solución práctica para los que quizá tengan dificultades para usar una aplicación de teléfono inteligente o un programa computarizado.

Los hallazgos se publicaron en una edición reciente en línea de la revista Journal of Cardiac Failure.