Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Dale color

El color puede ayudar a controlar temperamento y a reducir el estrés

Numerosos estudios respaldan la capacidad de utilizar tonalidades para influir en emociones y conductas.

14.02.2019 14:33

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2019-02-14T14:33:00-03:00
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Muchos estudios han mostrado que el color afecta tanto al estado de ánimo como a la conducta. El color puede ayudarlo a pasar de la tristeza a la felicidad, o de la ira a la calma.

Cuando se trata del estado de ánimo, hay cuatro colores primarios. Aunque distintos tonos de cada uno de los cuatro pueden tener distintos efectos, existen algunas generalidades.

El rojo simboliza el poder y la fuerza, y podría incluso estimular la agresividad. El amarillo se asocia con la alegría, la esperanza y el optimismo. Como colores "cálidos", se cree que tanto el rojo como el amarillo aumentan la activación. El verde induce la calma emocional, y representa la armonía. El azul es el color del intelecto, pero también es tan calmante que puede reducir la presión arterial. Como tonos "fríos", tanto el azul como el verde pueden ser relajantes.

Muchas investigaciones han encontrado que las personas que viven en áreas con más espacios verdes tienen una mejor salud física y mental que las que viven con menos espacios verdes. Un estudio europeo observó los efectos que hacer visitas deliberadas a espacios verdes en cuatro ciudades tenía en sus habitantes. Encontraron vínculos positivos firmes, incluyendo una mejor salud mental y una mayor vitalidad, según consigna un artículo de la reportera especializada Len Canter, publicado por HealthDay News.

En otro estudio, investigadores de la Universidad Estatal de Michigan analizaron datos del otro lado del mundo. Compararon los efectos de vivir con vistas al océano o a un espacio verde en los residentes de Wellington, Nueva Zelanda. Encontraron que tan solo ver el azul puro del océano o del mar puede mejorar significativamente el distrés. Las vistas de espacios verdes no tuvieron el mismo efecto calmante.

Una posible explicación de ese déficit particular de los espacios verdes es que los datos no distinguieron entre los bosques vírgenes nativos y los espacios verdes con estructuras artificiales, como los parques. Para los que no tienen acceso a una propiedad con vista al agua, pasar tiempo en la naturaleza puede de cualquier forma mejorar el estado de ánimo.