Un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y de la Universidad de Málaga descubrió que la hormona IGF-II, presente de forma natural en el organismo, tiene un potente efecto protector sobre las neuronas dañadas por el párkinson.
El hallazgo, publicado en la revista Journal of Advanced Research, abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas que no solo aliviarían los síntomas, sino que podrían frenar la progresión de la enfermedad.
Cómo actúa la hormona IGF-II
Los investigadores comprobaron en laboratorio que esta molécula, similar a la insulina, actúa como un escudo celular al:
- Mejorar el funcionamiento de las mitocondrias, responsables de producir energía.
- Activar mecanismos de reparación del ADN, reduciendo fallos letales para las células.
- Frenar la autodestrucción neuronal que suele desencadenarse en el párkinson.
Según los especialistas, estas funciones ayudan a que las neuronas resistan mucho mejor el daño característico de la enfermedad.
Con información de EFE
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