El volumen de visitantes que entran en China desde otros países experimentará en 2023 una “recuperación notable” ante la expectativa de retirada de restricciones y cuarentenas, así como de un mayor número de vuelos internacionales, según un informe de la Academia China de Turismo.

Esa institución, afiliada al Ministerio de Cultura y Turismo del país asiático, estima que las llegadas de viajeros tocaron fondo este año, con 20 millones de desplazamientos, por debajo de los 32 millones de 2021, de los 27,5 millones de 2020 y, por supuesto, de los 145 millones que registró en 2019, el último año anterior a la pandemia.

Aunque China todavía mantiene una cuarentena de ocho días para los llegados del exterior, el rápido desmantelamiento de la política de ‘cero covid’ se ha traducido en una importante subida del 351 % en las búsquedas de vuelos internacionales, según datos de la agencia de viajes virtual Trip.com citados por el portal de noticias Sixth Tone.

En los últimos días, la prensa oficial ha comenzado a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos, un giro de argumento que acompaña a la relajación de algunas de las medidas más estrictas de esta política, vigente desde hace casi tres años.

Las autoridades ya afirmaron que se dan las “condiciones” para que el país “ajuste” sus medidas en esta “nueva situación” en la que el virus provoca menos muertes, aunque también han anunciado un plan para acelerar la vacunación de los ancianos, uno de los grupos más vulnerables, pero a la vez más reticentes a inocularse.

El Ejecutivo permitirá aislarse en sus casas a los infectados asintomáticos o con síntomas leves —hasta ahora era obligatorio el traslado a un centro de cuarentena— e indicó que ya no será necesario tener una prueba negativa de covid para entrar en la mayoría de lugares y establecimientos, con excepción de hospitales o escuelas.

Los cambios llegaron después de que el hartazgo ante las restricciones cristalizase en protestas en diversas partes del país tras la muerte de 10 personas en un edificio aparentemente confinado en Urumqi (noroeste), con consignas como “no quiero PCR, quiero comer” o “devuélvanme mi libertad”.

El Gobierno defiende que ha salvado millones de vidas mediante el ‘cero covid’, que consiste en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos, estrictos controles fronterizos, confinamientos parciales o totales en los lugares donde se detectan casos y pruebas PCR constantes a la población urbana.

 EFE