Contenido creado por María Noel Dominguez
Salud

Un cambio

Cada cuánto hay que cambiar las sábanas, según expertos en higiene y dermatología

Una vez por semana es lo recomendable, y cada 3 días en casos de alergias o piel sensible

25.11.2025 08:45

Lectura: 2'

2025-11-25T08:45:00-03:00
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Cambiar las sábanas no es solo una cuestión de orden o rutina: es un hábito de higiene fundamental que puede afectar la salud, en especial la de personas con alergias, dermatitis o asma. Sin embargo, muchas personas esperan dos semanas o incluso un mes antes de renovarlas, un intervalo que los especialistas consideran demasiado largo.

Según el microbiólogo Charles P. Gerba, de la Universidad de Arizona, la acumulación de sudor, células muertas, restos cosméticos y humedad corporal convierte la ropa de cama en un ambiente ideal para bacterias y microorganismos, que se benefician de ese entorno para sobrevivir por más tiempo.

"No basta con que las sábanas no parezcan sucias. El problema es lo que ocurre a nivel microscópico", advierte Gerba.

¿Cada cuánto hay que cambiarlas, entonces?

El dermatólogo Alejandro Ruiz, especialista en higiene del sueño del Hospital Clínico de Barcelona, recomienda cambiar las sábanas al menos una vez por semana, incluso si no tienen mal olor ni manchas visibles. En casos de alergias, asma o piel sensible, el consejo es hacerlo cada 3 o 4 días, ya que la acumulación de polvo y ácaros puede ser mucho más rápida e irritante.

Además, en verano o si se duerme con mascotas, conviene aumentar la frecuencia, ya que el sudor y los pelos aceleran la contaminación de las telas.

Consejos para un lavado más eficaz

Los expertos también destacan que no se trata solo de cuándo lavar, sino cómo hacerlo. Aquí algunos consejos clave:

  • Usar agua caliente, si la etiqueta lo permite, para eliminar gérmenes más eficientemente.
  • Asegurar un buen secado, idealmente al sol o en espacios ventilados.
  • No mezclar sábanas con toallas o ropa muy sucia, para evitar contaminación cruzada.
  • Cambiar las fundas de almohadas con mayor frecuencia, ya que acumulan más grasa, sudor y restos de maquillaje.

Cuidar la higiene de la ropa de cama no solo mejora la calidad del sueño, sino que también ayuda a prevenir brotes en la piel, infecciones respiratorias y molestias crónicas. Un pequeño cambio en la rutina que puede marcar una gran diferencia.