Es posible que una persona identifique esa sensación breve e intensa que lo impulsa a abrir la heladera, convencido de que el malestar o el estrés se disiparán al comer algo. También probablemente asocie ese impulso con una supuesta “ansiedad por comer” que bloquea el pensamiento racional. Aunque la primera deducción es acertada, conviene aclarar que la segunda, si bien resulta comprensible, no es correcta desde un punto de vista conceptual.
Según Diario AS, el psiquiatra de niños y adolescentes Juan Muvdi, ha dicho en una reciente publicación en sus redes sociales que la llamada ansiedad por comer, lisa y llanamente, no existe.
“No se puede resolver la ansiedad por comer porque realmente lo que tienes no es eso, sino ansiedad en general” y agrega: “Y como tienes esa ansiedad, la estás calmando con comida; entonces por lógica, la única forma de dejar de comer por ansiedad es mejorando esa ansiedad”, sostuvo Muvdi consignado por Diario AS.
Muvdi señala que, es posible aplicar ciertas estrategias para “disminuir esas ganas de comer”, aunque subraya que los esfuerzos no deberían centrarse exclusivamente en ese punto para aliviar ese impulso. A su entender, “Si nos enfocamos mejor en manejar la ansiedad de una manera global, el síntoma va a desaparecer por sí solo sin tanto esfuerzo”. La idea queda sintetizada en una frase clave: “Dedícate a mejorar la causa, no el síntoma”.