En la tarde del lunes, en la Sede de Nacional, nueve jugadores estaban rondando pasillos y oficinas por temas de dinero. Uno de ellos era Álvaro Alejandro Mello, que estaba definitivamente enfurecido con los directivos.
Sucede que este jugador de 24 años, formado en las inferiores del club pero sin demasiadas oportunidades recibidas para integrar el plantel principal -estuvo a préstamo y fue goleador en River y Tacuarembó- acababa de recibir una oferta para irse al exterior. Luego de cuatro años sobreviviendo en equipos menores y buscando un lugar en el equipo tricolor Mello ya sabía que no sería tomado en cuenta para este año en Nacional y estaba a la espera de una oportunidad. Incluso había declarado que ya no deseaba volver a Nacional y que prefería quedarse en su actual equipo, Tacuarembó. Gregorio Pérez, técnico uruguayo de Olimpo -antepenúltimo en el fútbol argentino- lo pidió y la operación se cerró rápidamente ya que el jugador quedaría libre por no ser tenido en cuenta por el club dueño de su pase. Pero entonces sonó el teléfono del representante de Mello, era uno de los vicepresidentes de Nacional, Víctor Della Valle, que planteó la posición de la directiva: si Mello quiere irse a Olimpo tiene que renunciar a los 20 mil dólares que le debemos, sino lo ponemos en la lista de retención y se cae el pase.
Así nomás, sin un intento de negociación, una plancha directa al pecho. La rabia de Mello quedó clara cuando habló con el radiodeportivo 13a0 de El Espectador. El jugador comparó la situación con un apriete de los dirigentes de Platenese -equipo del fútbol amateur- donde una vez los dirigentes se presentaron en patota y con un revolver planteando la opción entre la firma de un documento que disolvía una deuda o un tiro en la rodilla.
Es una lástima como está el Club Nacional de Fútbol dijo Mello después de explicar que llegó a un acuerdo con los dirigentes en los que renunciaba a una parte de la deuda para que lo dejaran emigrar al fútbol argentino. "Si no los muchachos acá no me iban a dejar libre" dijo Mello con ironía y acusó a toda la directiva de conductas indecentes haciendo excepción sólo con Manuel Ucha, el gerente, "Ucha es gente" dijo.
"De chico lloraba por Nacional. Después que llegué a primera y vi como funcionan los dirigentes no quiero estar nunca más acá." Así resumió el jugador sus sentimientos.
¡Agarrate fuerte de la chequera!
La actual directiva tricolor, presidida por el ex presidente de Ancap Eduardo Ache tiene un problema muy serio entre manos y es muy probable que lo desesperante de la situación haya sido un factor determinante en cómo se encaró el caso Mello .
Este viernes terminarán de presentarse los reclamos de adeudos en la Mutual y allí Nacional sabrá cuánto tiene que pagar -o renegociar- para poder presentarse a la siguiente temporada del fútbol uruguayo.
Las posibilidades de "navegar" la situación son muy restringidas. Por el lado del dribling reglamentario Nacional se enfrenta a dos fuertes inconvenientes. La claridad de los convenios firmados a mitad de este año luego de la huelga de futbolistas y la sólida posición de la gremial de jugadores que está dispuesta a hacer respetar los reclamos de los jugadores con herramientas de presión concreta.
Además la dirigencia ha minado en gran medida su credibilidad ante los jugadores. Un importante referente del plantel hizo declaraciones muy claras al diario La República: "todos queremos cobrar el dinero que se nos debe. Entendemos los problemas del club, pero no vamos a aceptar refinanciar otra vez porque ya lo hicimos varias veces y no nos cumplieron... después terminamos haciendo un arreglo sobre el arreglo del primer arreglo, y no puede ser."
Por si esto fuera poco los jugadores dieron muestras en los últimos días de una actitud combativa frente a los incumplimientos de la directiva. Desde el viernes hasta el martes el plantel no entrenó en solidaridad con los médicos del club a quienes se les debían varios salarios.
Hoy, después de una negociación entre la directiva y el Doctor Carlos Suero el cuerpo médico llegó a un principio de acuerdo para renegociar parte de lo adeudado y el plantel volvió a entrenar.
En la Mutual los reclamos contra el Club Nacional de Fútbol rondan el millón de dólares y todavía tiene tres días para inflarse aún más.
La deuda tiene diferentes componentes. En algunos casos es con acreedores comunes; la más antigua corresponde a la última de las tres cuotas del convenio firmado por sueldos atrasados con el plantel del 2002, también se le adeudan los tres últimos sueldos al plantel 2003. A esto se suman premios impagos de esos años y los salarios atrasados de 2004.
Además varios jugadores que ya no están en el club presentaron sus reclamos y en buena medida no parecen dispuestos a renegociar. Algunos de ellos son Alejandro Curbelo, Carlos Camejo, Heberley Sosa, Julio Rodríguez, Richard Pellejero, Alejandro Lembo, Richard Morales, Alvaro Méndez, Diego Fernández, Gabriel Álvez, Santiago Silva, Alvaro Meneses, Diego Scotti, Walter Guglielmone, Santiago Silva y el brasileño Casiano.
Los casos más notorios que no presentaron reclamos hasta el momento son los hermanos Dely Valdés, el minuano Sebastián Abreu y el mexicano Gilberto Giménez, quien al partir hacia su país dijo "si algún día tienen mi dinero que me lo giren y punto, si no no hay problemas..."