Contenido creado por Inés Nogueiras
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A Seguro se lo llevaron a comer

La ajetreada cena de Chávez en La Casa Violeta

Un equipo de seguridad de cien personas revolucionó La Casa Violeta el martes, controlando incluso los vasos y platos que usó Hugo Chávez en su visita al Uruguay. Guillermo Shaw, dueño del conocido restaurante, contó el sorprendente operativo y los detalles de una cena en la que faltó sólo Cristina Fernández.

09.12.2009 13:51

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2009-12-09T13:51:00-03:00
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Montevideo Portal

Hugo Chávez cenó con una nutrida comitiva del Frente Amplio en La Casa Violeta, el reconocido restaurante del Buceo. El dueño, Guillermo Shaw, contó a Montevideo Portal los detalles de una cena que estuvo marcada por un operativo de seguridad “impactante”, tal cual definió el empresario.

La cena fue organizada por la secretaria personal de José Mujica, quien diez días atrás llamó a La Casa Violeta para hacer una reserva para 80 personas y abonó el costo total del servicio.

Bastante antes de la hora a la que estaba prevista la cena, un grupo de casi cien personas llegó a La Casa Violeta para realizar un fuerte operativo de seguridad. Los allegados a Chávez dieron vuelta sillas y mesas, revisaron la cocina, los baños, los insumos utilizados para hacer la comida y cada rincón del local.

Además, trajeron sus propios jabones de baño, alcohol, toallas y otros insumos higiénicos que fueron utilizados por el presidente venezolano. “Todo pasó por manos de ellos”, explicó Shaw. Controlaron a los cocineros y trajeron a su propio personal de servicio, encargado de servir a Chávez. Una persona de confianza se encargaba de servirle el vino, otro la comida y así sucesivamente, sin que mediaran los mozos del local.

Los encargados de seguridad revisaron el aire acondicionado, participando también un escuadrón de bombas y otro de perros en el control del local.

Una persona limpiaba el vaso que utilizaba Chávez, otra probaba el vino y había dos más en la cocina “mirando a cuatro ojos” qué se ponía a la comida y cómo se elaboraban los platos.

“El entorno de seguridad era impactante”, dijo Shaw, quien estimó que unas cincuenta personas del equipo de seguridad se encontraban dentro de la sala en el que cenó la comitiva. Afuera había una cantidad parecida.

Junto a Hugo Chávez se sentaron José Mujica y Danilo Astori –éste junto a su señora esposa-, charlando intercaladamente con el mandatario venezolano. La comitiva uruguaya incluía a las principales figuras del próximo gobierno, como Daniel Olesker, Fernando Lorenzo, los propios Astori, Mujica y el plantel completo de futuros ministros de gobierno. En cuanto a la delegación venezolana, sólo cenaron los encargados de los distintos sectores de la comitiva.

De comidas y algo más

Hugo Chávez no pidió nada especial para la cena ni tuvo requerimientos de ningún tipo, aclaró Shaw, siendo La Casa Violeta la encargada de elegir el menú. El presidente venezolano cenó un bife ancho con hueso, un corte clásico del restaurante llamado “Cowboy”. El mandatario elogió el plato y afirmó que era una de las “carnes más ricas que había probado”, alabando la comida en una conversación posterior con el propio Shaw.

Había ocho personas en la mesa de Chávez, donde se produjo un “consumo razonable” de vino, abriéndose sólo dos botellas. Según el dueño de La Casa Violeta, Chávez fue muy cuidadoso en el gasto y el consumo, al igual que el resto de los comensales.

De hecho, por orden expresa de la secretaria de Mujica, sólo se podía consumir una botella de vino cada cuatro personas. Si alguien pedía más, fuera quien fuera, el restaurante debía negarse por tratarse de una cena "de trabajo".

Tanto José Mujica como Hugo Chávez fueron muy amables en el diálogo posterior con Shaw, con un “trato excelente”. Se prestaron a sacarse fotos con él y su personal. “Una vez que estaba seguro se mostró muy amable”, aclaró.

Durante la cena “nadie gritó”, según Shaw. Chávez, Mujica y Astori hablaron entre ellos “muy tranquilos, en un ambiente muy sociable”

Guillermo Shaw, quien aclaró que La Casa Violeta es una empresa gastronómica totalmente independiente políticamente, explicó que el local se cerró por motivos de seguridad. Sentado en otra mesa, el dueño del restaurante explicó que se vieron muchas sonrisas y nunca caras de sorpresa, extrañeza o enojo. “Fue todo muy ameno y diplomático”, aclaró, puntualizando que Chávez y sus acompañantes tuvieron privacidad y no se escuchaba lo que hablaban

Faltó con aviso

El equipo de José Mujica hizo la reserva pensando en Hugo Chávez y la presidenta argentina Cristina Fernández, pero a último momento la mandataria no pudo ir. “Incluso vino la gente de seguridad de Cristina a revisar el local pero a último momento no vino", puntualizó Shaw.

Todo se desarrolló con normalidad y el lugar “quedó impecable”, según afirmó el dueño del lugar. Hugo Chávez llegó al lugar cerca de las 9 de la noche, un poco después de José Mujica, y se retiró a las 11:15, antes que el presidente electo uruguayo.

Como nota final, Shaw destacó que en la esquina del local, bajo control de la policía, se reunió un grupo de gente con fotos de Chávez y banderas de Venezuela. Cuando el presidente venezolano estaba por salir, el personal de seguridad dejó que la multitud se arrimara a la puerta. El mandatario salió y repartió abrazos a la gente, firmando autógrafos y sacándose fotos. La seguridad, tan puntillosa a la hora de cena, dejó que el presidente interactuara con los venezolanos y uruguayos que se habían reunido en el local.

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