GARCÍA Y LUGANO MÁS MERNGUES QUE DIOGO

Montevideo COMM / Portal

Según se anunció hace tres meses, el lateral uruguayo formado en las inferiores de River Plate, con un pasaje por Peñarol y habitué de las selecciones uruguayos, que actualmente juega en River Plate argentino estaría prometido a la Juventus.

El acuerdo de palabra se habría celebrado sobre fines del año pasado y sería una de las condiciones que facilitó la llegada de Diogo, sin cargo, al equipo argentino.

Sus actuaciones en la selección uruguaya y el torneo mejor televisado del mundo (bueno, bueno, no se enojen los admiradores del fútbol inglés que también está muy bien) generaron el interés del Real Madrid que, junto a sus negociaciones por Pablo García, aprovechó para tantear al representante por el lateral ese tan joven (21) y prometedor.

El jugador oriundo de El Pinar tiene una ventaja adicional que intensifica la secreción salival de los dirigentes europeos: gracias a su mamá, italiana, Carlos Diogo tiene pasaporte comunitario.

Respecto a la incorporación de Pablo García hay casi unanimidad en los medios españoles y algunos anuncian que será el primer fichaje que presentará el Madrid para la siguiente temporada. La operación rondaría los 8 millones de euros.

El tercer uruguayo que parece muy cerca de arreglar su incorporación al plantel galáctico es Diego Lugano. El zaguero formado en Canelones, con una etapa en las formativas de Nacional -que primero lo dio a préstamo a Plaza Colonia y después de tenerlo menos de un año en el plantel lo dejó ir sin exigir demasiado por su ficha- tendría detrás suyo no sólo al Madrid, sino también a Barcelona, Inter y Juventus.

El jugador tiene contrato hasta el 2007 en el Sao Paulo pero una cláusula le permite aceptar -sin que el club pueda interponerse- cualquier oferta que mejore su situación actual. La Tota, no es representada por Paco Casal sino por Juan Figer, empresario que estuvo relacionado con la llegada de Wanderley Luxemburgo a su actual puesto de entrenador madridista.

Lugano tiene la misma posibilidad que Diogo de sacar pasaporte comunitario, pero todavía no sacó número en la embajada.

El lector atento habrá notado que se omitió específicamente la palabra galáctico o sus derivados para referirse a Pablo García. Las explicaciones pueden encontrarse en declaraciones recientemente publicadas por la agencia EFE:

Ningún galáctico (pero marketing si)

Pablo Gabriel García Pérez, uno de los posibles refuerzos del Real Madrid, ilustró el perfil del fútbol de su país diciendo que "la característica del uruguayo es meter el pie fuerte, es lo que más gusta en mi país, incluso cuando jugábamos descalzos, sin botas ni nada, pero el pie siempre fuerte".

En una entrevista que publica hoy la revista 'Don Balón', Pablo García, centrocampista de Osasuna, que está ahora cerca ya de ser nuevo jugador del Real Madrid en breve, dijo que él no cree en eso que se ha dado en llamar futbolistas galácticos.

"No creo en jugadores 'galácticos' y sí creo en que hay jugadores mejores que otros y nada más. Lo de 'galácticos' son cosas de la prensa", subrayó Pablo García, quien se desmarcó de esos requisitos que identifican el 'glamour' con ser jugador del Madrid.

"Fuera del terreno de juego soy al revés de eso...A mí me gusta estar en casa, no me gusta salir prácticamente, si acaso a cenar y a ver una película, nada más", comenta Pablo García.

Cuestionado por su forma de ser, el uruguayo dijo: "Siempre voy de frente. No sé si a la gente le gusta, pero yo fui así toda la vida y es mi manera de ser. Yo soy así y no me arrepiento de nada... bueno quizá de algunas cosas que digo... no soy dueño de la verdad y hay veces que me equivoco. Luego llego a casa y me arrepiento, pero no tengo problemas en pedir disculpas", comentó el uruguayo.

Preguntado por si de pequeño era un crío tímido, respondió: "Sí, siempre he sido así. Tímido y tranquilo y creo que eso es bastante difícil de cambiarlo. De hecho, ahora, sigo siendo tímido".

Pablo García reconoce en la entrevista de carácter humano que de chaval también participó en alguna travesura. "Una vez con mi primo haciendo boniatos, se nos ocurrió hacer las brasas en el hueco de un árbol. Como es normal comenzó a quemarse... y casi se quema el monte entero. La verdad es que lo recuerdo con bastante gracia, pero a la gente del pueblo no le hizo ninguna, aparecieron de todos los lados a apagar el incendio. Estaban muy enfadados como es normal", apostilla Pablo García.

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