Santiago Korovsky se cansó del chiste del “robo del siglo” por su romance con Celeste Cid

Santiago Korovsky, creador de División Palermo —la serie argentina de Netflix que estrena esta semana su esperada segunda temporada— no solo está en boca de todos por su humor ácido y su mirada crítica sobre la sociedad. También, desde hace unos meses, por su vida amorosa. Y aunque dice estar acostumbrado a las reglas del juego mediático, admite que es la primera vez que le preguntan abiertamente por su relación con una de las actrices más reconocidas del país: Celeste Cid.

A principios de año, el también actor sorprendió con un posteo en Instagram que sirvió como anuncio oficial de su noviazgo. “El segundo robo del siglo”, escribió junto a una foto en sombra con una etiqueta que no dejaba lugar a dudas: Celeste Cid. Con su característico sentido del humor, Korovsky se anticipó a los comentarios que seguramente iban a surgir, ironizando sobre lo que muchos pensaban: que él había “robado” el corazón de una de las mujeres más deseadas de la televisión argentina.

Sin embargo, lo que parecía un buen chiste terminó por volverse literal. “Voy al supermercado y el cajero me pregunta si voy a pagar o si voy a seguir robando”, contó con cierta resignación en una entrevista con Revista Gente. El apodo que él mismo eligió para su historia de amor, lejos de desactivar las bromas, terminó alimentándolas.

Sobre cómo empezó el vínculo, el actor reveló que se conocieron en una entrega de premios, comenzaron a chatear y luego tuvieron una cita sin teléfonos de por medio: “Nos encontramos un día sin el celular y fuimos a pasear por ahí. Y, bueno, qué sé yo...”. Pero la historia tiene un capítulo anterior que pocos conocían. Hace más de una década, él le había respondido una story en Facebook, sin suerte: “Quedó en el vacío”, confesó. La vuelta de la vida quiso que, diez años después, fuera Celeste quien retomara el contacto.

Hoy, la pareja disfruta de su presente sin ocultarse. Hace unos meses atrás compartieron imágenes de una escapada romántica a Carmelo, Uruguay, donde se los vio relajados y felices. Lejos del escándalo y cerca de la complicidad, Celeste y Santiago parecen escribir su propio guion… sin más guion que el amor.