Pedro Strauch se coronó campeón de MasterChef en una final llena de creatividad y emoción

La última gala de MasterChef Uruguay tuvo como protagonistas a Pedro Strauch y Sebastián Risotto, quienes se enfrentaron en una definición exigente y llena de presión. El jurado estuvo integrado por Ximena Torres, Laurent Lainé y Christophe Krywonis, quien asumió el rol de Sergio Puglia, debido a que el emblemático conductor no pudo participar debido a un leve problema de salud.

Para esta instancia decisiva, ambos participantes debieron presentar un menú completo —entrada, plato principal y postre— con absoluta libertad creativa, un desafío pensado para mostrar su identidad culinaria y su evolución en la competencia.

LOS MENÚS DE LA FINAL

Pedro Strauch apostó por un recorrido de sabores intensos y técnicas variadas. Su propuesta comenzó con un ochazuke preparado con salmón criollo, té de cedrón, rabanitos encurtidos y alga nori. Continuó con un tajín de cordero acompañado por pan chato y manteca de ajo, y cerró con un postre bautizado Naufragio: manzanas al whisky, granada y crema chantilly.

Por su parte, Sebastián Risotto abrió su menú con vieiras a la plancha servidas con emulsión de zanahoria, vegetales glaseados, y una campana de humo que aportó dramatismo y aroma. Su plato principal fue una merluza negra acompañada por un risotto de frambuesas, queso de cabra y aceite verde.

Tras la degustación y una deliberación ajustada, el jurado otorgó la victoria a Pedro Strauch, consagrándolo campeón de la edición amateur.

Pedro Strauch: una historia marcada por el paisaje, el mar y la memoria

Con 35 años, Pedro Strauch llegó a MasterChef con una vida colmada de experiencias fuera de lo común. Es hijo de Eduardo Strauch, uno de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes, y creció entre relatos, montañas y enseñanzas que moldearon su carácter y sensibilidad.

Formado en turismo y hotelería, se desempeña además como navegante, marino voluntario de rescate y guía de cabalgatas en la cordillera, territorio que su familia conoce a profundidad.

Su audición ya había dado de qué hablar: cocinó en chancletas, un gesto espontáneo que generó comentarios en redes y desconcierto en el jurado. Desde entonces, se convirtió en una de las figuras más singulares de la temporada, destacándose por combinaciones exóticas y una fuerte influencia asiática. Platos como sus pappardelle, una sopa thai, un tomahawk perfectamente ejecutado y zanahorias glaseadas fueron celebrados durante la competencia.

Fue también el primer concursante en asegurarse un lugar en la final gracias a un cerdo agridulce que deslumbró a los chefs.