Para los lugareños, la construcción abandonada en el km 177 de la ruta 10, rumbo a José Ignacio, departamento de Maldonado, emerge como un bloque solitario y misterioso, donde se han tejido muchas historias fantasmales.
El ex hotel, hoy vandalizado, esconde algunas leyendas fernandinas y no tan leyendas, sobre las extrañas apariciones espectrales y sonidos que se han reportado como extraños e inexplicables.
La historia comenzó, durante la construcción del edificio de tres plantas, que albergaría doce habitaciones del nuevo hotel frente al mar. Dicen que un horroroso episodio ocurrió durante su construcción, cuando la esposa del propietario se suicidó por una aparente infidelidad de su marido. A los pocos días lo obreros comenzaron a sentir ruidos extraños, sollozos y la presencia de algo o alguien que estaba en el lugar. Luego de su inauguración comenzaron a sentirse con más fuerza estas extrañas presencias, que incluso pudieron ser percibidas por algunos turistas, sobre todo los que se alojaban en las habitaciones posteriores, y sentían pasos con el crujir de la escalera de madera durante las silenciosas noches, con un lejano llanto, que al parecer, provenía de la propia escalera.
El hotel que hace pocos años cerró sus puertas, quedo abandonado, le robaron todo lo que tenía algo de valor, muebles, canillas, piletas, puertas, ventanas, luego fue vandalizado, posteriormente intervenido por grafiteros locales y fue testigo de algunas reuniones sexuales, fiestas clandestinas y exótico escenario de filmación y fotografía.
Lo cierto es que durante un tiempo pareció estar a la deriva hasta que los vecinos comenzaron a ver la presencia de agentes inmobiliarios y de profesionales interesados por la propiedad estratégicamente ubicada entre la laguna y el océano atlántico. Estos trataron de derribar estas leyendas, aunque existió un extraño incidente que provocó el terror de un importante hombre de bienes raíces de la zona.
Hace algunos años se supo que la propiedad abandonada tenía un nuevo propietario, y a los pocos días se vio llegar a un reconocido arquitecto con quien se dice es su nuevo comprador: se trataría de Patricio Giménez.
Efectivamente el hermano de la diva, es a quien se le ha visto en varias oportunidades recorriendo la propiedad y conversando con el arquitecto Javier Gentile, el mismo que construyó La Tertulia, la casa de campo que Susana Giménez vendió este año.
Nuevamente las energías volvieron a golpear la puerta de la familia Giménez, con una extraña coincidencia numérica que pone a la diva en el eje de la ecuación. Según un reconocido "Chamán" consultado, las extrañas coincidencias entre la propiedad y Susana, comienzan con el número Km 177, mojón que puede apreciarse delante de la propiedad: "77 es el número que está delante de la propiedad, 77 es la edad de Susana, es un número mágico, producto de la suma de los números primos (2+3+5+7+11+13+17+19=77). Pero además el 7, es un número especial relacionado con la perfección, presente en las sagradas escrituras, en la mitología, y relacionado con las deidades, símbolo de muchas culturas y religiones".
"Son 7 los días que el señor tardó en hacer la tierra, 7 son los días de la semana, 7 son los pecados capitales, 7 son las plagas de Egipto, Juan narra los 7 milagros de Jesús, y así podríamos seguir horas", comentó el Chamán mientras observada de lejos el ex hotel abandonado.
"Ahora hay que tener cuidado con no molestar a la presencia que percibo en esta propiedad. Somos energía y acá hay un escenario cargado de angustia y de energía que hay que saber manejar", continuó con su relato el Chaman mientras intentaba conectarse desde el pórtico de entrada de la propiedad. "Si te fijas bien hay una conexión entre el agua de la laguna de atrás y el mar que está enfrente. Hay canales energéticos que confluyen en este punto mágico, justo en la entrada a la propiedad, esta presencia quedo atrapada en algún lugar del hotel y busca su manera de dejarlo. Mi recomendación es que antes de entrar mires fijamente el número 177 del mojón, para que te sirva de protección como todo número mágico", comentó señalando con su mano el mojón que se encuentra a pocos metros de la propiedad.
"No hay que tener miedo, sino respeto porque esta es la casa de esta presencia que ha quedado atrapada en este lugar. Para mejorar esta relación de fuerzas hay que procurar un perfecto equilibrio como lo tiene el número 7, con un trabajo de limpieza total de la propiedad en lo estético y en lo energético, capaz algo parecido como se hizo en La Tertulia", concluyó el Chamán.
Por Gustavo Descalzi
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