La nueva entrega de la serie documental Fiasco total, de Netflix, revive uno de los episodios más bochornosos de la historia reciente de los cruceros: el incendio del Carnival Triumph en 2013 y sus consecuencias sanitarias extremas. Más de 4.000 personas quedaron varadas en el Golfo de México a bordo de un buque sin electricidad ni baños, en condiciones descritas por los propios pasajeros como “una lasaña de heces”.
Todo comenzó con un incendio en la sala de máquinas que dejó al barco a la deriva durante días. Sin aire acondicionado ni sistemas de desagüe, los camarotes se volvieron inhabitables. La tripulación, sin medios, debió distribuir bolsas rojas para residuos biológicos, que terminaron amontonadas en los pasillos. "El hedor te asfixiaba en minutos", relató uno de los pasajeros.
Richard Abhi, chef del crucero, compartió un testimonio especialmente gráfico: “En el baño público parecía que alguien había hecho una lasaña de caca”. A medida que pasaban los días, se improvisaron campamentos en cubierta y el caos se intensificó. En un intento por calmar los ánimos, la tripulación abrió una barra libre, pero el efecto fue contraproducente: “Una bolsa fue arrojada por la borda y el viento la devolvió a la cubierta inferior”, recordó Abhi.
Devin, otro pasajero, describió: “Ibas caminando por el pasillo y de repente oías ‘chapoteo, chapoteo’. Sabías que estabas pisando excrementos”.
El documental no solo expone las condiciones extremas vividas, sino que también cuestiona la gestión de la crisis por parte de Carnival, empresa que ofreció reembolsos y compensaciones tras el incidente. Sin embargo, muchos de los afectados aún no han superado el trauma.