A sus 33 años, la actriz Kelley Mack, conocida por su personaje de Addy en The Walking Dead murió tras haber luchado contra un glioma del sistema nervioso central.
Según consignó la CNN, Mack —cuyo verdadero nombre era Kelley Klebenow— falleció en Cincinnati, su ciudad natal, el pasado sábado. La actriz padecía un tumor que puede afectar el cerebro y la médula espinal.
“Con profunda tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestra querida Kelley. Una luz tan brillante y ferviente se ha trasladado al más allá, donde todos finalmente debemos ir”, escribió la hermana de Mack en la cuenta de Instagram de la actriz.
La artista murió en compañía de su madre, Kristen, y su tía, Karen. “Kelley vino hacia sus seres más queridos en forma de mariposa”, dijo la hermana de la actriz.
Durante su camino artístico, Mack se desempeñó como actriz y productora. Además de haber participado en The Walking Dead, también encarnó personajes en Chicago Med y 9-1-1.
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