MasterChef llegó a México y la participante estrella es una monja

Florinda Ruiz es una religiosa que conquistó a la audiencia y los jueces de la primera edición mexicana de MasterChef, según cuenta El País de Madrid. A sus 67 años, es la primera participante de la franquicia que enfrenta las críticas enfundada en su hábito.

La hermana Flor busca una solución para la hermandad de las hijas de la pasión de Cristo y María Dolorosa, que adeudan unos 420.000 dólares. Con los 60.000 dólares que se otorgan al ganador, quiere apaciguar esos compromisos económicos. Y ya está entre los seis mejores del show.

Se presentó a las pruebas con un sencillo postre de chayote y desde entonces su especialidad fueron las salsas. "Para mí es comparable el amor que le tengo a Dios y el amor que le tengo a la cocina", dijo en alguna de las emisiones.

"Yo creo que usted tiene pacto con el diablo", le dijo la chef Beatriz Vázquez luego de probar su plato de tinga de pollo acompañado de un arroz con verduras. Ella pidió que no hablaran más de Lucifer. "Madre santísima, pido por los jueces", les respondió.

Recientemente, sirvió una de sus famosas salsas fuera de tiempo y eso casi le cuesta su continuidad en el reality, pero los jueces supieron perdonar.