La historia y el recuerdo de las últimas horas Walter Olmos a 23 años de su muerte

El pasado 8 de septiembre se cumplen 23 años de la trágica muerte de Walter Olmos, el joven catamarqueño que conquistó Argentina con su carisma y su inconfundible voz. Considerado por muchos como el heredero natural de Rodrigo, su ascenso al estrellato fue meteórico, pero su historia tuvo un final abrupto y doloroso a los 20 años.

Nacido en Catamarca, Walter Alberto César Olmos Gómez comenzó su camino en la música desde muy joven. A los 16 años cantaba en pequeños grupos locales, donde su único pago era un plato de comida. Su talento no tardó en hacerse notar y pronto se unió a Los Bingos, una banda con la que comenzó a ganar notoriedad en su provincia.

Su destino cambió radicalmente cuando Rodrigo Bueno, entonces la figura más popular del cuarteto, lo escuchó interpretar "Para sentirme vivo" y pensó que se trataba de La Mona Jiménez. Aquel malentendido dio lugar a un encuentro entre ambos que marcaría un antes y un después en la carrera de Olmos. Con el apoyo de Rodrigo, Walter dio el salto definitivo al circuito nacional.

En 2002, con apenas un par de años de carrera profesional, ya había llenado el Luna Park, recorrido el país de punta a punta y vendido 150.000 copias de su primer disco, "A pura sangre", un récord absoluto para el género. Ese éxito le valió el apodo de “La locomotora catamarqueña” y lo posicionó como un referente emergente de la música popular.

Sin embargo, todo terminó de manera trágica la madrugada del 8 de septiembre de 2002, en una habitación de hotel en Buenos Aires. Según la investigación, mientras compartía una cena con amigos, un juego peligroso con un arma terminó en tragedia. Una pistola Bersa calibre 22 —cargada con una bala del 38— se disparó accidentalmente y le causó la muerte instantánea. La causa fue archivada como un accidente fatal, sin imputaciones.

A más de dos décadas de su partida, Walter Olmos sigue vivo en la memoria de sus fans, en sus canciones y en el recuerdo de un artista que, con apenas 20 años, dejó una huella imborrable en el corazón del cuarteto argentino.