L-Gante sorprendió al anunciar el fin de su relación laboral con Maxi El Brother, su histórico representante desde los inicios de su carrera. Lejos de una separación amistosa, el artista inició una acción legal en su contra, en la que reclama una cifra millonaria y la rendición de cuentas por manejos económicos que, asegura, desconocía.

La ruptura quedó expuesta públicamente durante su participación en el programa DDM (América TV), en la que habló sin vueltas sobre su decisión: “Estoy en una situación de tomar el mayor control que pueda de mis cosas, tanto en el trabajo como en mi vida”, expresó.

Según informó el periodista Martín Candalaft en el mismo ciclo, la disputa involucra una suma estimada entre un millón y un millón cuatrocientos mil dólares, y se basa en una carta documento enviada por el cantante a su exmanager. En el texto, se mencionan contratos firmados y dinero percibido por terceros sin su conocimiento, lo que representa un perjuicio económico para el artista.

Además del vínculo profesional, L-Gante y Maxi compartían una sociedad comercial e incluso la titularidad de la marca del músico, algo poco común en la industria. “De todo lo que él ganaba, Maxi percibía el 50%”, recordó Mariana Fabbiani al aire. Sin embargo, L-Gante sostiene que ese acuerdo ocultaba condiciones abusivas y lo define como un “contrato leonino”.

Más allá de lo legal, el cantante se mostró dolido por la situación: “Me siento desilusionado. Se dejaron pasar muchas cosas que terminaron perjudicándome a mí y a mi familia”.

En la entrevista, también aseguró que está en pleno proceso de reorganización personal y profesional: “Con dedicarme una semana a esto ya me siento bastante en paz. Quiero obtener lo que me corresponde y quedarme con lo que construí”.