Sin complejos y admitiendo la llegada de algunos kilitos a su anatomía, la mediática Kim Kardashian sabe muy bien que el público no busca en ella el porte estilizado de una modelo de pasarela. Por el contrario, su atractivo reside en sus formas contundentes y hasta opulentas, las que no cesa de exhibir.

Semanas atrás, llamó la atención de los paparazzi cuando regresó de México luciendo un sencillísimo vestido naranja, que hacía ostensible la ausencia de corpiño.

Este fin de semana, Kim salió a cenar con su novio actual, Kanye West. Durante la velada, lució una falda sexy y transparente, sin preocuparse por usar ropa interior que combinara. . . ni ninguna otra.