Julio Ríos quedó en medio del huracán mediático cuando en los últimos días se supo que había recibido unos audios que comprometían la candidatura de Wilmar Valdez a su reelección en la Asociación Uruguaya de Fútbol y que, de hecho, muchos señalaron como la causa de su retiro electoral.
En diálogo con Informativo Carve, el periodista habló de la situación que, entre otras cosas, lo obligó este martes a ir a declarar ante la Justicia.
"Me utilizaron mandándome los audios, pero macaco viejo no sube a palo podrido", comenzó, explicando sobre por qué no hizo público lo que recibió. "Con 25 años mandaba los audios al aire y después me comía un juicio. ¿Por qué? Porque es una charla privada entre dos personas", amplió.
En este sentido, no quiso decir quién era el segundo que estaba en la conversación - el primero, obviamente, es Wilmar Valdez -, aunque aseguró que "es un tipo que se ha movido en el ámbito del fútbol". "Como está en secreto sumario no lo puedo identificar", indicó.
Sobre qué hizo cuando recibió los audios, comentó que se dio cuenta que era "una cáscara de banana" - expresión que ya usó en reiteradas ocasiones - y que lo primero que hizo fue asesorarse con su abogado, Jorge Barrera, el además presidente de Peñarol.
Respecto a qué le dijo el letrado, explicó que este le aseguró que el contenido de los audios no ameritaba "ninguna denuncia penal", por lo que fue directamente a la Justicia y se los mostró a Wilmar Valdez, como ya se había dicho.
Si bien se aseguró que estos audios hablaban de las luces en el Estadio Luis Franzini o de un affaire que habría tenido el ex presidente de la AUF en el Mundial de Rusia, Ríos desmintió tajantemente ambas especulaciones.
"Si yo hubiese querido operar a favor de un candidato, entrego los audios a un colega, que estaban desesperados todos", apuntó, en cambio, cuando fue interrogado por las acusaciones de algunos colegas que aseguraban que quería influir en el resultado de las elecciones.
Además, fue contundente con quienes critican su accionar como periodista, ya que aseguran que su labor le obliga a hacer pública información que puede ser noticiosa. "Es facilísimo, son los mismos que después vetan algunos candidatos y no los entrevistan, algunos de ellos siguen determinados lineamientos de las empresas", subrayó.
"Si mi abogado me dice que no es conveniente, ¿tengo que venir y poner la cabeza? ¿Qué más quisiera yo que transformarme en el periodista estrella porque mostré unos audios?", cerró.
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