Graziano Pascale responde a denuncia de “ñoqui”: “Quieren acallar mi voz”

En una columna de El Observador titulada "La ley de partidos y el raviol de ‘Esta boca es mía'", en la que critica la financiación de los partidos políticos, el periodista Gabriel Pereyra señaló directamente a Graziano Pascale y lo tildó de "ñoqui".

Para decir esto, el conductor de Radio Sarandí se basa en que el panelista de "Esta boca es mía" habría entrado a trabajar en ANTEL en 1992 en un gobierno blanco y que actualmente sería asesor de comunicación de Enrique Antía, intendente de Maldonado.

Por ello, asegura que Pascale "es un operador político blanco cuyo sueldo sale de nuestros bolsillos para que algún día vaya a reunirse con el intendente y otros los dedique a participar en programas televisivos como ‘Esta boca es mía', donde impunemente es presentado como periodista, algo que no es".

Las acusaciones generaron gran controversia en las redes sociales cuando fueron publicadas a fin de año, pero hasta el momento el acusado no había hecho ningún descargo al respecto.

Este lunes, en una carta pública en su cuenta de Facebook llamada "Aviso a los navegantes", Pascale se defendió y aseguró que todo se trata de una campaña que quiere acallar su "voz" en los medios de comunicación.

"En los últimos días, instigada por un conocido interlocutor de los jerarcas del Ministerio del Interior, ha recrudecido una campaña en mi perjuicio a través de las redes sociales", comienza diciendo la carta, haciendo referencia al trabajo de Pereyra como periodista, que el año pasado, entre otras cosas, publicó una polémica entrevista con el Director Nacional de Policía, Mario Layera.

"El propósito de esa campaña, en la que algunas personas están empeñadas desde hace tres años, es acallar mi voz en los medios de comunicación, y específicamente forzar mi alejamiento del programa ESTA BOCA ES MÍA, al que se alude en esa campaña pública de difamación", continúa.

"Ignoro si lograrán su propósito, y no está en mis manos impedirlo. Me adelanto a decir, eso sí, que esta campaña ya la considero una distinción, y si finalmente resulta exitosa, sería para mí un alto honor. En estas lides ya estoy curtido. No me van a amedrentar, ni hacer callar, ni retroceder".

Luego de esto, la misiva hace referencia a problemas que Pascale habría sufrido en la dictadura. "El 4 de julio de 1977, en plena dictadura militar, y sin utilizar intermediarios como ahora, el poder de la época me llevó a prisión por un artículo para el diario Excelsior de México, en el que denunciaba torturas y desapariciones al cumplirse el 4o. aniversario del golpe militar", explica.

Y dispara: "Algunos de los que hoy difunden esta campaña entonces ni siquiera habían nacido, y tal vez su portavoz más destacado estaba abandonando el biberón, o cursando los primeros años de primaria".

"Estas líneas tienen apenas el propósito de alertar a algunos despistados sobre el propósito final de la campaña, que usa como pretexto mi situación laboral en una empresa pública en la que gané un concurso abierto en 1992, y en la que he cumplido siempre lo que mis superiores han dispuesto sobre mí en el marco de la ley. Es lo único que diré sobre el pretexto, que es apenas eso, y por lo tanto lo menos importante de esta cuestión", señala, en relación a las acusaciones.

Llegando al final, se hace una hipótesis del porqué de la supuesta campaña. "El fondo es que, ante la inminencia de perder el poder, sus ocupantes, sus voceros y sus mandatarios, están dispuestos a superar todos los límites de la decencia para evitar el inminente desenlace electoral", sostiene.

"Ojalá que aquellos que sufrirán en el futuro inmediato campañas de este tipo tengan la misma entereza para afrontarla, y no den señales de debilidad", cierra la carta.