Finalmente, los televidentes tuvieron uno de los reencuentros que tanto estaban esperando en Gran Hermano: el de Romina Uhrig con sus tres hijas, Mía, Nina y Felicitas. Tras cinco meses de estar lejos de las pequeñas, la jugadora vio a las nenas en el SUM que la producción preparó para esta ocasión.
La noticia no fue para nada una sorpresa para el público. Desde el domingo pasado se filtró la noticia de que, si la competidora pasaba la gala de nominación, las pequeñas entrarían a la casa para darle una visita a su madre.
Cuando la jugadora ingresó al cuarto, su hija mayor fue la que más se quebró en llanto cuando abrazó su madre. Luego, Mía le contó a Romina algunas anécdotas, como su fiesta de egresados, que la competidora no pudo estar presente por estar en la casa de Gran Hermano.
Semanas atrás, la exdiputada se quedó muy decepcionada cuando en el ingreso de los familiares entró su sobrino Fabián y no las niñas. Por eso la producción le dio esta sorpresa, previo a que se defina la final.
Este martes y miércoles, los jugadores competirán en una prueba de líder que constará de un juego de preguntas y respuestas. El participante que gane esa competencia pasará automáticamente a la final y el resto de los jugadores irán a una placa, y el público decidirá quién de esos tres pasa a la final.
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