Fue una noche en donde no faltó nadie del mainstream musical. Estaban los músicos, los managers, los agentes de prensa. Todos. Una noche calurosa que fue generosamente regada con cerveza, whisky y refrescos varios.

La primera constatación cuando se entra a La Trastienda Montevideo es que se trata de un muy buen lugar para espectáculos, con mesitas al estilo El Ciudadano y una excelente visión desde cualquier punto del local, con un sector VIP en la bandeja superior aún mejor. A la derecha una larga barra invita a los que prefieren acodarse mientras disfrutan de algún espectáculo. El detalle de un pasaje cerrado para los artistas en el ala izquierda muestra a las claras la preocupación de los dueños del nuevo local por los músicos.

La segunda constatación es que aún no está pronto. El piso está sin tratamiento, las mesas y sillas en muchos lugares conservaba el polvo típico que queda como residuo de una obra. Sobre el sonido que se pudo apreciar en esta noche inaugural quedó claro que todavía no es el mejor a pesar de que los shows de Mateo Moreno y Martín Buscaglia no son de los más difíciles en su sonoridad. La verdadera prueba llegará cuando toquen bandas como Divididos u otras que usen más distorsión y volumen.

Para cholulos

La noche del martes 25 estaba ideal y como suele suceder en estos eventos todo empezó después de la hora prevista en los papeles, a las 21. A pesar de que muchos no recibieron la invitación, al parecer por un tema de distribución, fueron muy pocos los que no se dieron cita a la inauguración de la franquicia local de La Trastienda, un boliche que en Buenos Aires ha marcado la agenda cultural.

Danilo Astori hijo, responsable de este nuevo espacio estaba súper nervioso y no era para menos, trabajó muchos meses para este momento. El que estaba cero estrés era Danilo Astori padre que disfrutó de la noche con amigos (entre ellos el Flaco Castro) y alguna copa sin que nadie se le acercara a preguntarle por el IRPF.

Mientras adentro empezaba a tocar Mateo Moreno con una banda para envidia de varios músicos (con el Trombón de Martín Morón y la guitarra de Nico Ibarburu) afuera comenzaba a circular el rumor sobre quién sería el siguiente artista en escena. Todas las fichas iban para el argentino Fito Páez.

El ex bajista de No Te Va Gustar hizo un show breve pero contundente y el público respondió de buena manera al artista que próximamente presentará todo su disco en ese mismo escenario. Abajo su amigo y vocalista de NTVG Emiliano Branciari festejó el toque de Mateo con whisky importado que los mozos sirvieron a discreción.

Uno de los más saludados fue el “enano” de la Vela, Sebastián Teysera que disfrutó de las cervezas y de los amigos. Entre los músicos más sociables estaban Mandrake Wolf, pronto a presentar su nuevo disco con Los Terapeutas, Roberto Musso y Santiago Tavella del Cuarteto de Nos, quienes en estos días están terminando la grabación del nuevo disco previsto para editarse en abril. Además estaba el productor Juan Campodónico y su colega Rodrigo Gómez quien luego del lanzamiento del disco de La Trampa está abocado a la producción del nuevo trabajo de La Saga.

Las apuestas sobre la presencia de Fito Páez crecían cuando se apagaron las luces y se venía el segundo show, pero el aplauso fue para Martín Buscaglia que muy descontracturado convidó con canciones para bailar y divertirse. El ambiente estaba distendido pero muchos se preguntaban si lo de Páez era solo un rumor.

Afuera las hermanas managers Verónica y Valeria Piana vinieron separadas y así estuvieron en la noche compartiendo cada una por su cuenta con amigos y conocidos. Verónica eligió un shortcito claro mientras su hermana estaba con una falda que no pasó desapercibida. El resto de las colegas y agentes de prensa como Carla Costa, Sibyla Trabal, Silvina Natale y Rosanna Piedra fueron en plan amigas y pocas veces estuvieron dentro del local o siguieron las propuestas artísticas.

Noelia Campo divina como siempre con un look sesentoso aprovechó para disfrutar sin preocuparse por realizar notas para el canal, mientras Varina De Cesare y Patricia Wolf (la envidiable novia de Danilo h) charlaron amenamente. María Gomensoro, la chica Consentida, no se quedó hasta el final y luego de saludar a Jorge Rama se fue con su pareja. A propósito de Rama, fue el más observado, el más citado en las conversaciones y el más fotografiado a escondidas (¡todas tenemos la esperanza de vender una instantánea a Intrusos!) pero la mejor foto fue la que tomó Pata Torres (¡la fotógrafa del Rock!) al novio de Susana con Dani Umpi. Increíble.

Manuel Esmoris y Alejandro Ferreiro le dieron un toque académico e intelectual a la fiesta y Jorge Telerman, el ex jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, le dio elegancia a la noche con un combinado en camel perfecto. Muchos se preguntaron que hacía en la fiesta el porteño y la respuesta era simple, es uno de los socios de La Trastienda Buenos Aires y en cuanto a la fiesta de anoche, aseguró estar muy contento por la elección del lugar de la franquicia local y además porque nadie lo molestó con notas y fotos. Otro argentino chocho con Montevideo.

Ah me olvidaba, Fito Páez nunca tocó. Según mis fuentes existió la posibilidad de invitarlo a la fiesta pero luego por diversas razones no se pudo dar. Una periodista indignada repitió desde su silla en el medio de la sala “qué desastre, qué desastre, todo bien con estos pibes, pero, ¿y Fito?”

A las 2 y media de la mañana me fui para casa repitiendo ese estribillo de Samantha Navarro que dice ¡qué noche, qué noche la de anoche!

PD: Hubo muchos más músicos y famosos en la vuelta como Claudio Picerno uno de los socios del boliche, Gonzalo Tussi (La hermana menor), el “gordo” Tetes, Andrés Sanabria (Bizarro), Raúl González (Guatusi), la cantante argentina Liliana Herrero y muchos periodistas más que como siempre aprovecharon para hablar de los colegas y tomarse hasta las gracias.

Por Amparito Etchemendy