Coppola almorzó con Mirtha Legrand y contó cómo Maradona incendió una casa que había sido de ella

El empresario fue invitado al ciclo Almorzando con Mirtha Legrand y contó una desopilante anécdota del incendio de la casa de Diego Maradona, que antes había sido propiedad de la anfitriona del programa. El hecho ocurrió en enero de 2002 cuando el Diez vivía en una mansión de Barrio Parque, que quedó reducida a cenizas.

Guillote recordó la historia y, durante su realtó no perdió ocasión de "salpicar" a algunos famosos. "Había una escalera con una alfombra roja impresionante, imagínate los desfiles que hicimos. Las chicas bajaban y el jurado estaba abajo. Teníamos vecinos importantes, Flavia Palmiero, Susana Giménez, Mariano Grondona, Marcela Tinayre y muchos otros", comenzó el empresario, ante la mirada atenta de la conductora y los otros invitados, Laura Fidalgo, Martiniano Molina, Elena Roger, Horacio Pagani y Daniel Gómez Rinaldi.

"Diego en esa época tenía la costumbre de los fuegos artificiales y un camión enorme, que rompía los árboles. Éramos Los Roldán de Barrio Parque", rió Guillote, según crónica publicada por Clarín. Nosotros vivíamos ahí y ese era nuestro medio de locomoción. Bueno, era un domingo y veo humo. Digo ‘qué raro, estará haciendo un asado en la habitación'. Llamé al seguridad y le dije que se fijara qué pasaba. Abre la puerta, una llama gigante, estaba Maradona adentro. No era Maradona, salió Pelé, ¡todo negro!", contó, entre risas.

"Menos mal que llegué. Una casa muy linda, grande. Suite, sauna, un baño importante, divina. No quedó nada. Empezó el fuego, bomberos, domingo mediodía, diciembre, yo en bermudas, me siento en el cordón y miraba lo que pasaba. Salen los vecinos a putearme: ‘basta, esto iba a pasar'. Con gente conocida yo ‘tranquila, no me hablés, cuando venías te gustaban los desfiles. No me critiques, dame una mano'", relató Coppola.

"Pasaban los minutos y el perro de Grondona me quería comer, me ladraba en latín. Ese domingo se habían quedado todos en Barrio Parque y de repente, empiezan los fuegos artificiales. Diego tenía una artillería de cosas que le regalaban y empezaban ‘pum'", recordó.

"Lo llamé al abogado que nos alquilaba la casa y le dije ‘hubo un problemita'. Al día siguiente, llega. ‘Mi señora me decía no le alquiles a estos negros. Mi señora me decía', decía el hombre. Yo lo veía y pensaba que le iba a pasar algo. Voy, lo abrazo y le digo: ‘Pablo, no estoy del todo disgustado con que se haya incendiado, porque si la veías antes del incendio, estaba peor que ahora', ja ja ja. Diego se había quedado dormido en el sauna y así arrancó el fuego", concluyó Guillermo, que era el garante de la casa.