¿Quién no recuerda a Matilda? Imposible olvidar su pelo lacio, la cinta roja y la tierna sonrisa detrás de unos poderes sobrenaturales.
Ya pasaron 20 años desde que Mara Wilson interpretó a aquella pequeña. Su vida, sin embargo, lejos ha estado de ser idílica. Así lo explica en su libro Where am I now? (¿Dónde estoy ahora?).
Poco después de encarnar a Matilda, Wilson sufrió una dura pérdida: su mamá falleció a causa de un cáncer fulminante. Hasta los 11, Mara decidió abandonar la actuación.
Fue entonces cuando conoció a la actriz Britt Allcroft y comenzó a grabar Thomas y el tren mágico. Sin embargo, la pubertad llamó a su puerta y Allcroft, a quien consideró una abuela, se lo hizo saber: "Mara, cuando comenzamos a filmar todavía eras una niña, pero ahora creciste, tienes 12 años. Tu cuerpo ha cambiado. Y nos dimos cuenta de esos cambios al revisar las tomas. Así que tal vez podrías usar un sostén deportivo", le dijo la directora, según consigna BBC Mundo.
Y ese fue solo el inicio de una adolescencia en la que Mara tuvo que crecer a base de los duros golpes de la experiencia. "Mi familia había cambiado, mi cuerpo había cambiado, mi vida había cambiado"; "Fue entonces cuando entendí que las cosas habían cambiado. A los 13, ser bonita era lo que importaba. Y no sólo en el mundo del cine y la televisión", agrega.
De la generación de Scarlett Johansson y Kristen Stewart, Mara Wilson relata en su libro lo duro que le resultó no pasar el "estándar" de belleza y solo ser considerada para papeles "como la mejor amiga de la protagonista".
"La próxima vez que alguien escondido detrás de un nombre de usuario de internet quiera decirme cómo ser más bonita les voy a decir cómo se siente encontrar una página web con fotos tuyas desnuda a los 12 años; les voy a contar que conozco los dos lados de ser 'tierna' y en ambos casos sólo me hizo sentir miserable".