En lo que parece una nueva tendencia, inaugurada con cámaras ocultas de la remake de Carrie o de Chucky, una agencia de marketing decidió asustar a transeúntes de Nueva York para promocionar el filme "Devil's Due" o "Heredero del diablo".
La broma pesada consistió en dejar un cochecito de bebé, desde el que se escuchaba un sonido de llanto, abandonado en distintos puntos de la ciudad estadounidense.
Al ver que una persona se acercaba al carro, emergía súbitamente un robot maquillado como un bebé diabólico, provocando sinceras reacciones de susto entre las víctimas de la cámara oculta.