Brigitte Bardot murió a los 91 años: adiós al mito del cine francés

Brigitte Bardot, una de las figuras más emblemáticas del cine europeo del siglo XX, falleció este domingo a los 91 años, según informó su fundación. Con su muerte, Francia despide a uno de los últimos mitos vivos de su cinematografía, una mujer que encarnó la liberación sexual, el glamour y la controversia a partes iguales.

Saltó a la fama internacional con Y Dios creó a la mujer (1956), dirigida por Roger Vadim, cinta que no solo catapultó su carrera sino que redefinió la imagen de la mujer en el cine occidental. A lo largo de una década filmó más de 40 películas, entre ellas La verdad (1960), donde mostró una notable capacidad dramática, y El desprecio (1963) de Jean-Luc Godard, una obra clave de la Nouvelle Vague.

Más allá del cine, Bardot incursionó en la música, colaborando con figuras como Serge Gainsbourg. Su versión de Je t'aime... moi non plus, grabada en 1967 pero publicada años después, aún despierta debate por su carga erótica. Sin embargo, en 1973, con solo 39 años, Bardot se retiró definitivamente del cine y dedicó su vida a la causa animalista.

Un ícono entre luces y sombras

El legado de Bardot es complejo. Por un lado, fue pionera en el activismo por los derechos de los animales, fundando en 1986 la Fondation Brigitte Bardot, una de las más influyentes en Europa. Su imagen enfrentando la caza de focas en Canadá quedó grabada en la memoria colectiva de una generación.

Por otro, su vejez estuvo marcada por la polémica. En diversas declaraciones públicas, Bardot expresó opiniones que fueron calificadas como xenófobas e islamófobas, lo que le valió varias condenas por incitación al odio en Francia. Su cercanía con el Frente Nacional, tanto con Jean-Marie Le Pen como con su hija Marine Le Pen, dañó su imagen entre amplios sectores de la opinión pública.

Además, su visión crítica hacia el feminismo contemporáneo la distanció de las nuevas generaciones. En entrevistas, llegó a afirmar que "las mujeres no necesitan ser liberadas", generando rechazo en los círculos feministas.

Retiro y muerte

Desde hace años vivía alejada de la vida pública, recluida en sus propiedades de Saint-Tropez, el balneario que ayudó a popularizar con su presencia en los años dorados del cine europeo. Allí pasó sus últimos días, afectada por problemas de movilidad y bajo estricta privacidad.

Con información de EFE