"Hacía tiempo tenía ganas de conducir yo sola en radio, lo que es un poco volver a mis comienzos en Sarandí, donde estaba yo sola los domingos de mañana con Me lo Dijo Adela", nos contó la comunicadora. "Sola es un decir, porque va a haber un movilero muy capo, corresponsales y colaboradores".

El programa irá de lunes a viernes en vivo, de 8:30 a 9:00 por Radiocero. "Sin tandas, y es un lindo desafío, porque es la mañana que siempre es lo más escuchado".

Utilizará las redes sociales, teniendo bien en cuenta el público. "La radio tiene un público bastante joven. Está bueno, porque según las mediciones es muy parejo hombres/mujeres. Siempre me gustó Radiocero; la música, las conductoras... es de esas radios que uno las escucha que suena en el taxi, en el local comercial, en la farmacia".

"Me encanta la radio y extrañaba mucho volver a estar al aire. Porque después la gente te para en la calle para discrepar con lo que dijiste el otro día. O para darte su opinión. Yo soy conversadora de alma, así que disfruto de eso. ¡Es un lujo! Y conocés gente muy diversa, porque por un programa de radio pasan muchos mundos".

"Si mirás mi teléfono, tengo agendados hipnóloga, imitadores, historiadores, enólogos, un locutor de Cardona y una pareja de Durazno, macanudos, que trajeron a la radio a su loro Nico que cantaba 'Soy celeste'. Los periodistas tenemos el privilegio de manejar información; el otro día me llama mi tía que quiere adoptar una perra y yo tengo el teléfono porque entrevisté -y me considero amiga- a una veterinaria de trinchera que anda levantando perros y caballos de la calle. Como dice el aviso, eso no tiene precio".

¿Qué otras cosas la divierten de la radio? "Jugar por momentos a ser actriz. Por más de que no tengo la formación es algo que me tira y dos por tres se te da la posibilidad de 'hacer de'. En realidad, en la radio es fundamental que quien conduce esté entretenido/interesado en el tema. En radio la opinión importa".

Adela condujo junto a Clarita Berenbau, Juan Sader, Franklin Rodríguez y Kairo Herrera. "Así que después de muchos años vuelvo a estar sola. Aquello de los domingos de mañana era mi primera incursión en radio; esto ahora es distinto, porque tengo 42 años y ya un recorrido. Ahora es mi programa y lo bueno y lo malo son responsabilidad mía. Yo elijo mi productor y todo lo que salga al aire es decisión mía. Antes negociaba, me calentaba con algunas cosas. Ahora se me acaban las excusas. Si es malo, es culpa mía. Si está bárbaro, mejor".

"Fui durante años periodista cultural en Búsqueda, escribí dos libros, y hablo de libros en Buen Día Uruguay, pero este no va a ser un programa cultural. Es muy difícil seducir solamente con cultura. Voy a hacer el programa que yo quisiera escuchar".

Y se la jugó. "No quiero sonar engreída, pero lo que puedo asegurar es que va a haber mucho contenido, porque mi estilo es el anti paye. No soporto prender la radio y escuchar a tres tipos payando sobre si les gustan más los panes con grasa que los bizcochos comunes. O hablando todo el programa de lo que les pasó en el bondi esa mañana. Yo soy más del contenido; es mi estilo. En media hora pienso poner toda la carne en el asador".

De paso dio su opinión sobre los medios y la juventud. "Este tiempo que estuve por fuera y sólo escuchando, noté y me parece raro que haya pocos jóvenes haciendo radio. ¿Dónde están los jóvenes? ¿Haciendo stand up? En Carnaval sí, seguro, uno ve muchos jóvenes. Pero no veo que estén pasando a los medios como en algún momento se dio. Como que hay pocos huecos en los medios. Ojalá se empiecen a abrir puertas porque si no los de 40 y algo -que son los que están dominando ahora- se van a convertir/nos vamos a convertir en los nuevos gerontes que no dejamos lugar. En Mediarte se juntan varios. Están esos semilleros, como el Carnaval, pero tiene que haber empresarios o gerentes de programación atentos a captarlos".

"Estoy con muchas ganas de empezar, pero tengo clara una cosa: en radio todos los cambios se dan lentamente. La audiencia demora en cambiar de emisora, y tantos los éxitos como los fracasos se dan bastante despacito. Intentaré imponerme como la voz femenina de las mañanas, pero hay que darle tiempo a la gente para que se acostumbre. Y que te quieran, porque te estás metiendo en su casa, ¡y a esa hora!".