Un día como este 24 de junio, pero del 2000, la cultura argentina quedaría marcada por una tragedia: la muerte de Rodrigo El Potro Bueno, máximo exponente del cuarteto cordobés, en un accidente de tránsito.
Una Ford Explorer roja atravesó sobre la noche la autopista que une Buenos Aires y La Plata, pero no llegó a su destino. En su interior viajaban el Potro; su ex Patricia Pacheco; el hijo de ambos Ramiro; Fernando Olmedo; Jorge Moreno, y Alberto Pereyra.
Como todo personaje mítico, la muerte del Potro dejó incógnitas y suspicacias sobre aquel accidente fatal, recordó Infobae.
Gustavo Urraca Pereyra, amigo de Rodrigo, reconstruyó su última noche en diálogo con el pódcast Rodrigo, la leyenda continúa. “Me llama Pepe, el mánager de Rodrigo, y me dice ‘Andá a buscarlo que tiene que ir al programa’. Cuando fui a su casa, él estaba terminando una nota para un canal extranjero. Cuando termina, le propongo irnos juntos, pero él decide que quiere ir en su camioneta. Yo insisto, le digo que vine a buscarlo, y él se mantiene firme. Así, cada uno sale en su vehículo”, contó.
“Nunca tuvimos chofer. Siempre manejábamos nosotros. Él no era muy bueno manejando… En Córdoba ya había chocado un Toyota. Se abrazó a un poste. Se hizo mierda”, agregó.
Entonces, ese día, a las 20:00 el cordobés llegó a Canal 13 para participar en el programa La Biblia y el calefón, que conducía Jorge Guinzburg y se emitiría el viernes siguiente. Esa noche también estuvieron en la grabación Georgina Barbarossa, Andrea Pietra y Nacho Goano.
Se hicieron las 22:30 cuando el artista y su equipo cenaron en un restaurante El Corralón antes de un concierto en La Plata, en el boliche Escándalo. Mientras cenaban, el Potro charló con Olmedo, hijo del capocómico, a quien invitó al show y le prometió llevarlo de vuelta a su casa.
Cristian Toyn Toyn Martínez, percusionista del grupo de cuarteto, recordó que aquella última noche fue una jornada extraña. En primera instancia, había tres shows programados, pero solo se concretó uno. Además, la presentación torno un tinte extraño cuando el Potro y su banda escucharon un ruido fuerte, que terminó siendo una bomba de gas lacrimógeno.
El percusionista también afirmó que ese día escucharon tiros fuera del boliche, algo que no era frecuente.
El tío de Rodrigo, Alberto Campos, recordó la tensión entre los géneros musicales y el peso que el cuarteto imponía ante la cumbia, que “molestaba”. En aquel momento, había rumores de amenazas hacia Rodrigo.
Finalmente, después un tenso show y de dividirse entre los autos disponibles, el artista y sus pasajeros emprendieron el camino.
Urraca recordó que a la salida del boliche el Potro encabezó la caravana para guiar a sus amigos y familiares. En un momento, Alfredo Pesquera, que lo seguía, decidió adelantar su vehículo. El cantante apresuró su marcha y lo siguió. Uno de sus movimientos marcó su desenlace: su vehículo chocó con el guardarraíl.
“Me gustaría decir ‘lo mataron, es un mártir’, pero fue un puto accidente”, dijo el amigo del Potro. La camioneta circulaba a unos 130 kilómetros por hora, indicaron las pericias forenses de ese momento.