El reciente estreno de The Twisted Tale of Amanda Knox en Hulu —disponible en América Latina a través de Disney+— reavivó el interés global por uno de los casos penales más controvertidos de las últimas décadas. El asesinato de la estudiante británica Meredith Kercher en 2007, en la ciudad italiana de Perugia, y el posterior encarcelamiento de Amanda Knox, marcaron un antes y un después en la cobertura mediática internacional de procesos judiciales.
Knox, ciudadana estadounidense, pasó casi cuatro años en prisión antes de ser definitivamente absuelta en 2015 por la Corte de Casación de Italia. Sin embargo, a pesar del reconocimiento judicial de su inocencia, nunca presentó una demanda contra el Estado italiano, ni por detención indebida ni por el proceder de las fuerzas de seguridad. ¿Por qué?
Un marco legal restrictivo en Italia
La primera respuesta está en la estructura jurídica del propio sistema italiano. Las indemnizaciones por error judicial están contempladas, pero solo en circunstancias muy específicas. No basta con haber sido absuelto: se requiere demostrar que la detención fue producto de un error objetivo e inequívoco, como una falsa identidad o pruebas manipuladas. En el caso de Knox, aunque la Corte concluyó que no existían pruebas suficientes para condenarla, consideró que la prisión preventiva se basó en elementos que, en su momento, fueron jurídicamente válidos.
Esta distinción entre “ausencia de pruebas concluyentes” y “detención arbitraria” es clave para entender por qué Knox no pudo acceder a una reparación formal.
La condena por calumnias, un obstáculo permanente
A esto se suma un elemento que complica aún más cualquier pretensión de reparación: Amanda Knox tiene una condena firme en Italia por calumnias. En 2007, durante un interrogatorio, señaló falsamente a su jefe, Patrick Lumumba, como sospechoso del crimen. Lumumba fue detenido y pasó 14 días en prisión, hasta que fue desvinculado por completo. Aunque Knox ha sostenido reiteradamente que esa acusación fue producto de coerción y agotamiento físico y mental, las cortes italianas mantuvieron la sentencia, incluso en una revisión reciente en 2024.
Legalmente, esta condena desacredita los argumentos de Knox sobre un supuesto abuso policial durante los interrogatorios, ya que sigue constando que su testimonio causó un daño directo a un tercero.
El peso del costo personal y político
Por último, la decisión de no demandar a Italia también puede leerse desde una perspectiva humana y política. Tras su liberación, Knox regresó a Estados Unidos, publicó un libro de memorias, participó en documentales y se convirtió en activista por los derechos de los acusados y la reforma del sistema penal. En varias entrevistas ha señalado que no quiso revivir el proceso judicial ni someterse a nuevos años de litigio con escasas posibilidades de éxito. “Estoy destrozada de que Italia haya convertido esta mentira en parte del expediente legal, y que no me quede ningún recurso para limpiar mi nombre en ese país”, dijo recientemente en una entrevista.
Knox optó, en cambio, por canalizar su experiencia hacia el activismo, priorizando su salud mental y su reinserción social. Esta elección no solo refleja una estrategia personal, sino también una crítica velada a los límites del sistema judicial italiano para admitir sus errores.
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]