Natalia Oreiro volvió a mostrarse auténtica y reflexiva al hablar de uno de los temas que más atraviesan a las familias actuales: la crianza y el uso de la tecnología en la adolescencia. En una entrevista a fondo en Infobae en vivo, la actriz y cantante se refirió a cómo acompaña el crecimiento de su hijo Atahualpa, fruto de su relación con Ricardo Mollo, y sorprendió con una decisión firme: el adolescente, que está por cumplir 14 años, aún no tiene celular.
“Está por cumplir 14 y no tiene teléfono. Para su cumpleaños le vamos a regalar uno sin conexión”, contó Oreiro, dejando en claro que la elección no responde a una prohibición arbitraria, sino a un proceso dialogado y consensuado.
La artista explicó que uno de los mayores desafíos es el contexto social y escolar, donde la hiperconectividad es casi una norma. “Es difícil cuando el grupo de pertenencia está muy conectado porque el chico siente que queda afuera. Por eso es importante poder consensuar con otras familias”, señaló. En ese sentido, destacó que en el curso de su hijo aún hay varios estudiantes que no utilizan celular, lo que facilita el acompañamiento. Según relató, la idea es postergar el acceso al teléfono inteligente hasta los 16 años.
Oreiro remarcó que, para ella, la clave está en el diálogo y en ofrecer argumentos. “No es un ‘porque no’, sino explicar por qué no. Tenés que darles herramientas”, sostuvo, aclarando que cada familia tiene su propia realidad y que no existe una única forma correcta de criar.
Más allá del tema tecnológico, la actriz también habló de su presente personal y profesional. En plena actividad artística, alterna rodajes, homenajes y proyectos con una búsqueda constante de equilibrio. “No me gusta encasillarme. Me gusta maquillarme y estar en una alfombra roja, pero también disfruto la jardinería. Soy una arquitecta frustrada”, confesó, mostrando una vez más su faceta más humana.
Fiel a su estilo, Natalia cerró con una reflexión que atraviesa tanto la maternidad como la vida cotidiana: “Hay que ofrecerles otras cosas, ayudar a que encuentren placer en lo que no pasa por una pantalla”. Una mirada consciente y pausada en tiempos de inmediatez digital.