El FA esta en plena negociación por su fórmula presidencial. ¿Considera que la mejor fórmula que puede presentar es la integrada por Mujica-Astori? ¿Por qué?
No tengo dudas que es la mejor fórmula, pero sólo con la fórmula no alcanza. Las elecciones del domingo tienen importantes mensajes para el FA y el problema para nosotros son internos y debemos resolverlos.
Hay que definir y precisar muy bien los aspectos de conducción política y social del próximo gobierno, las características de los mensajes para la campaña, no puede ser un mensaje para los pobres, debe ser un gran mensaje nacional, de amplio sentido político, social y cultural, hay que coordinar las estructuras militantes.
La fórmula es la culminación de todo eso.
Usted considera que Astori es la mejor opción que puede presentar el FA como candidato. ¿Y como vicepresidente?
Eso ya fue superado, los frenteamplistas que quisimos fuimos a votar y elegimos, ahora el candidato a presidente es José Mujica. No voy a insistir con lo que sigo creyendo que Astori era el mejor para ganar y para gobernar, ahora eso no tiene remedio.
Asumamos la realidad y trabajemos sobre ella. Sin Astori como vice no tenemos la mínima posibilidad de ganar.
¿Porque el FA tuvo una votación por debajo de lo previsto el día domingo?
Hay muchas causas. Es un hecho político demasiado importante para talentear sobre él. Voy a tratar de investigar, de estudiar, de analizar y luego opinaré. Y lo aclaro, voy a opinar en el momento adecuado, cuando no afecte el resultado y no ayude a la derecha. Mi prioridad es evitar a toda costa que vuelva la derecha. Lo considero un retroceso para el país.
¿Cuales fueron los factores que intervinieron en la buena votación que tuvo Luis Alberto Lacalle y el PN?
Logró situarse en el centro del proyecto político de la derecha: sacar a la izquierda del poder y colocó el tema de la seguridad como un eje de su estrategia y de la agenda política nacional. Es una paradoja, Lacalle que tuvo la única huelga policial de la historia nacional, que redujo los salarios de los policías un 33%, durante cuyo gobierno los restos de los servicios pinochetistas actuaban como perico por su casa y mataron a Berrios. ¿Cuántas cárceles se reformaron o se renovaron durante su mandato? ¿Cuál fue el nivel de procesamientos de delincuentes? Muchas palabras y demasiados videos sin ningún soporte real. Pero hizo una gran campaña con una excelente estrategia política. Ahora empieza otra batalla, diferente.
En su columna aquí en Montevideo Portal, usted publicó: “En Lo primero que tiene que hacer la izquierda es mirar la realidad y no vendernos tranvías”. ¿La izquierda hasta ahora no miró la realidad?
La izquierda uruguaya siempre miró la realidad, por eso llegó donde llegó, a crecer en forma permanente y a conquistar el gobierno nacional y 8 intendencias y a tener el mejor gobierno que se tenga memoria. Lo que pasa es que eso no es una vacuna, hay que hacerlo siempre y si no miramos bien las señales de la votación del domingo pasado, sería un desastre.
Además publicó:”No está todo dicho, faltan cuatro meses y ahora la prioridad absoluta para mí es evitar que gane la restauración blanca y colorada. Que el domingo dio un paso muy grande”. ¿El PN es favorito para ganar las elecciones?
No, el PN no es el favorito, en realidad hoy nadie puede decir quién es el favorito, y hace algunos meses el FA era notoriamente el favorito. Y lo insólito es que tenemos un presidente de izquierda que tiene 61% de simpatía y un gobierno de izquierda con el 56% de apoyo. Sobre esa diferencia con nuestros votos y nuestra intención de voto es que tenemos que interrogarnos.
Creo que se puede ganar, pero hay que hacer todas las cosas bien. Todas, las políticas, las programáticas, tener un discurso nacional y no sectorial, entusiasmar a nuestra gente y transmitir confianza a la sociedad.
Sólo con un bien gobierno o con la fórmula no se gana. Y si alguien en el FA cree lo contrario que se asuma todos los méritos y todas las responsabilidades.
Lo dramático es que los errores los paga sobre todo la gente, los trabajadores, los humildes, los más débiles, los que necesitan que siga un gobierno de izquierda.