Seré curioso

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Valdez: “Uno dice cosas que ni piensa, se le pasan por la cabeza y después reflexiona”

El ex presidente de la AUF presenta su libro “El fútbol y mi verdad”, donde repasa su periplo vital, desde Tala hasta Zurich.

18.03.2021 10:28

Lectura: 26'

2021-03-18T10:28:00-03:00
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Por César Bianchi

Fotos: Juan Manuel López


Wilmar Valdez (55) es un escribano, que trabaja de escribano. Pero se hizo conocido en todo el país por haber sido presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) entre 2014 y 2018, y presidente interino de la Conmebol. Antes fue dirigente de Rentistas, luego llegó a ser presidente del club de Cerrito de la Victoria, y en una accidentada asamblea de clubes, lo pusieron al frente de la sede asociacionista (Banchero dixit). Se codeó con los presidentes de otras federaciones del fútbol sudamericano, vio de cerca caer a dirigentes corruptos (Figueredo incluido), se sentó en una mesa a convencer a Joseph Blatter de que el mordisco de Suárez no era para tanto, estuvo en el medio de la lucha por los derechos de imagen de los futbolistas de la selección y también intercedió en la pulseada Puma-Nike por vestir a la celeste.

Venía peleando la reelección a la AUF -se vino antes de la final del Mundial de Rusia para hacer campaña- cuando se dieron a conocer algunos audios entre él y un empresario que lo comprometían seriamente. Y Valdez, acorralado, renunció al aire en un programa de TV, frente al periodista que le hizo conocer los mentados audios. Alegó motivos familiares y desistió de la reelección. Los audios igual se viralizaron, fue investigado por la Fiscalía en Uruguay, perdió su cargo en la Combebol y sancionado por la FIFA con un año sin poder ocupar ningún cargo en el fútbol.

En dos años y poco, Valdez no habló. Optó por el silencio.

Pues, acaba de lanzar su libro El fútbol y mi verdad (Planeta, 2021) y, ahora sí, Valdez habla, concede entrevistas y conversa de cómo se dejó embrujar por la pelota en la niñez, su sueño cumplido de relatar fútbol, el poder ayudar a su cuadro como dirigente, el acceso a la AUF, hasta codearse con Blatter y su amigo Gianni Infantino. Y en esta charla -en su despacho como escribano en el centro montevideano- recrea lo que revela y lo que no dicen los audios que el lobista Walter Alcántara grabó, las acusaciones a su juicio infundadas, el papel clave del Ministerio del Interior de Bonomi y Jorge Vázquez en la compra de las cámaras de videovigilancia y de cómo quiere seguir sintiendo pasión por el fútbol, sin ningún cargo político.

-¿De chico quería ser futbolista o periodista deportivo?

-Si bien de niño jugué al baby-fútbol, mi pasión siempre fue el relato de fútbol. Así que mi sueño era ser relator.

-Fue relator de fútbol y periodista deportivo. ¿Qué lo entusiasmó de ser dirigente de Rentistas, el cuadro del que es hincha y al que llegó a presidir?

-Mi hermano jugaba en las divisiones formativas de Rentistas, ahí yo empecé a acercarme siendo muy joven, y como todo club de barrio, me abrazaron. Pero sin saberlo fue antes donde se despertó algo en mí: tengo una imagen grabada de cuando mi padre era dirigente de un cuadro de Tala -de donde soy oriundo- que se llama El Charrúa. Era de esos dirigentes que iba a poner las redes y marcar la cancha, no el dirigente profesional. Yo no me di cuenta en ese momento, pero seguramente eso tuvo algo que ver también.

-Usted llegó de forma sorpresiva a la presidencia de la AUF, y las circunstancias condicionaron ese arribo. Primero, la renuncia de Sebastián Bauzá cuando el Poder Ejecutivo decidió retirar la Policía de los estadios, y él sintió que no tendría gobernabilidad. Y finalmente, en una asamblea de clubes el 2 de abril de 2014 se termina bajando el candidato cantado, Oscar Curutchet, y lo eligen a usted. ¿Cree que hizo bien en asumir en ese momento? ¿Estaba preparado?

-Cuando uno termina asumiendo como yo asumí, en algo que fue inesperado y una sorpresa, preparado seguro que no está. Yo fui caminando y encontrándome con determinados temas importantes, temas gruesos de definir. Y se va haciendo camino al andar. También creo que cuando uno se prepara demasiado, tal vez le falta esa impronta de decidir temas que tenés que decidir al instante, y te falta esa cosa espontánea. Pero creo que lo mejor es plantearte objetivos y prepararte para asumir un cargo de esa envergadura. Pero se dio así y se caminó todo lo que se caminó.

-Usted estaba presente en Zurich, Suiza, el día de las primeras detenciones del FIFAgate. Sebastián Bauzá me dijo que él se la vio venir, que todo le parecía muy turbio y que a él no le cerraba el manejo de la mayoría de los dirigentes. Por ejemplo, me dijo que él se negaba a votar los balances que llegaban sobre la hora y no había tiempo de analizarlos. ¿Usted no notó los manejos espurios de los Grondona, Bedoya, Jadue y compañía? ¿No sospechó nada?

-Yo conviví con la última parte de toda esa estructura política. No puedo hablar de los manejos turbios, porque yo no firmé ningún contrato de esponsoreo o contrato de la Conmebol, había contratos ya firmados. El único contrato que se firmó durante la vigencia de mi estadía en Conmebol (que no lo firmé yo, sino el paraguayo Juan Ángel Napout), fue cuando estalló el FIFAgate, y se firma el contrato con Fox por cuatro años. Ese contrato estuvo blindado por asesoramientos jurídicos, incluso por abogados norteamericanos. Estaban las investigaciones del FIFAgate abiertas, entonces las autoridades estadounidenses estaban al tanto de ese contrato. Fue un escenario distinto al anterior. La Conmebol estaba casi intervenida. Desde el 27 de mayo de 2015 hasta 2016 o 2017, la Conmebol tenía una especie de intervención. Sin duda había una intervención directa entre las autoridades de Conmebol, haciendo los deberes, lo que tenía que hacer.

En materia política sí, era muy evidente quiénes mandaban. Lo que yo cuento es lo que viví. Este libro tiene mucha parte documental. En el anexo hago un repaso de los contratos de la Conmebol, hasta llegar al último con Fox, en el que yo estuve. Creo que el fútbol hoy por hoy, maneja mucho dinero, tiene mucho poder, y muchas veces se dan circunstancias como las que se dieron en ese momento.

"Hubo determinados episodios que mostraban el difícil camino que iba a recorrer, de un uruguayo en la Conmebol iba a ser asociado siempre con la lucha de que (Paco) Casal ha tenido por los derechos de la televisión. Eso hizo que hubiera un aparato de contención"

-Usted tuvo que negociar con Eugenio Figueredo, entonces presidente de la Conmebol, para que le levantaran una sanción a Uruguay. No pareció darle mucha bolilla ni defender a su país. Después se conoció el triste papel de Figueredo en los casos de corrupción en la FIFA. ¿Qué opinión tiene sobre él? / ¿Cómo fue su vínculo con Figueredo?

-Yo no hago valoraciones personales. Sí menciono dos hechos en donde él fue protagonista y marcan mi relación con él. Por un lado, en esas gestiones que se hicieron para levantar la suspensión a Uruguay en aquel mayo de 2014 -la AUF tenía sus derechos políticos suspendidos, entonces yo no era reconocido como presidente en ese entonces-, es clarísimo que la actuación de Figueredo no fue la de defender los derechos de la Asociación. Se me dirá que él era el presidente de la Conmebol y tenía que contemplar los derechos de todos los países sudamericanos. Bueno, yo pretendía que como uruguayo, ayudara en ese tema. Y el otro hecho que yo marco es respecto a la actuación en el Caso Suárez (tras el mordiscón al italiano Giogrio Chiellini en el Mundial de Brasil 2014), donde no lo acuso de nada, excepto de una actuación inerte. Creo que con la posición que tenía en ese momento, podía haber influido, no para que no sancionen a Luis Suárez (que cometió un error), pero por lo menos para evitar una atrocidad, una arbitrariedad en una sanción desproporcionada e inédita.

-¿Se quedó con ganas de presidir la Conmebol? ¿Fue un desafío pendiente? Lo pregunto porque le hubiera cambiado la vida, para bien y para mal.

-No es que me hubiera quedado con ganas... Se dio así. El escenario que se dio en ese momento hizo que no se concretara. Fue una gran oportunidad, aunque hubo determinados episodios que mostraban el difícil camino y el difícil escenario que iba a recorrer, de un uruguayo en la Conmebol iba a ser asociado siempre con la lucha de que (Paco) Casal ha tenido por los derechos de la televisión. Eso hizo que hubiera un aparato de contención, para que cualquier uruguayo -yo había llegado a la presidencia interina de la Conmebol- pudiera continuar al frente. De todas formas, la parte familiar para mí es fundamental. Siempre lo fue, siempre puse la familia por delante. Eso fue determinante para que yo no peleara por ahí como debería haber peleado por ese puesto, por esa gran oportunidad que habría sido presidir la Conmebol.

-Le tocó estar en el medio de la disputa de los jugadores de la selección por los derechos de imagen y la disputa empresarial entre Puma y Nike por el esponsoreo de la camiseta de la selección. ¿Cómo recuerda esos meses de negociación?

-Fueron meses muy intensos, con un vértigo tremendo de episodios que se dieron en poco tiempo. Hubo que tomar decisiones muy importantes, y uno sabía que políticamente iba a tener repercusiones. Desde hace unos años está planteado un escenario político-deportivo en Uruguay. Yo tomé partido en su momento (por la oferta de Nike), una oferta muy importante (NdeR: 3,5 millones de dólares por año, contra 750 mil dólares por año que pagaba Puma), y además en ese momento ese dinero nos hubiera sacado de temas económicos complejos. Veníamos de un 2015 casi devastador. Recordá que todo el FIFAgate produjo que la empresa Full Play nos quedara debiendo cinco millones de dólares, porque la investigación determinó que se congelaran los ingresos. Nos hizo falta esa plata, y los clubes de acá necesitaban dinero... Fue todo un hecho complejo que de la noche a la mañana nos cambió el panorama.

En esos meses nosotros actuamos profesionalmente, no nos largamos al agua porque sí. Estudiamos el tema, buscamos asesoramiento en expertos en la materia que nos permitieran dar los pasos más seguros posibles, para no exponer a la AUF a juicios. Y así lo hicimos. El resultado fue bueno, Tenfield igualó la oferta y el dinero fue mucho mayor al que iba a ser en un principio.

-Vayamos al caso de los audios, en medio de su campaña para la reelección en la AUF. Siendo que usted era el presidente de la AUF, ¿por qué se reunía con el operador Walter Alcántara en la calle o incluso en un auto, y no en su oficina? Es algo que cuestionó la propia FIFA.

-Esta persona había ganado mi confianza, sin dudas. Y además, era asiduo concurrente a la AUF, era proveedor de la AUF desde 2012. Estuvo muchas veces en las oficinas de la AUF. Era muy insistente, fue ganando determinados espacios, muchas veces me abordó a la salida de la AUF o una vez a la salida de mi casa, me acuerdo. Yo no quiero entrar en detalles porque parece que estuviera justificando actos o hechos. Uno comete errores, soy un ser humano y cometo errores. Y en definitiva, por algo la FIFA me sancionó. Lo que sí creo que se dio en una circunstancia de abuso de confianza, donde es claro que esta persona buscaba permanentemente el contacto para grabarme.

-Me dijo la abogada de Alcántara, que anteriormente, cuando se conocieron, usted le quedó debiendo un dinero que tenían acordado por un jugador. Que usted le prometió un porcentaje de un monto, y no le dio el dinero acordado... Dado ese antecedente, él quedó desconfiando, y por eso, años después, lo grabó.

-Eso es absolutamente falso. Por allá por el 2005 o 2006, yo era presidente de Rentistas, y él trabajaba con un amigo (hoy fallecido). Este amigo mío lo mandó a él a reunirse conmigo un par de veces. En esa oportunidad, fue un diálogo normal, él fue en representación de este amigo, y yo defendía los intereses del club. Él hizo algunas acusaciones respecto a un jugador, y él pensó que de ahí saldría un dinero que iría para mí y otro para él. Yo tengo la prueba documental que llevaré cuando me la requieran, que ese dinero fue ingresado en el balance del club. Que yo le quedé debiendo dinero a él es de una rotunda falsedad. Que en su momento ameritará algún juicio de mi parte, o no. Él fue a esas reuniones en representación de una persona que hacía negocios con el club, pero no era él. Él fue en representación de otro. Y ese dinero que ingresó por ese jugador no fue a mi bolsillo, fue a las arcas del club. Está en el balance. Cuando escuché que dijeron algo así en un programa de televisión, pedí en el club todos los balances y tengo todo eso documentado.

"Yo tengo la prueba documental que llevaré cuando me la requieran, que ese dinero fue ingresado en el balance del club. Que yo le quedé debiendo dinero a él (Walter Alcántara) es de una rotunda falsedad"

-En entrevistas presentando este libro usted ha dicho que Alcántara nunca le llevó el proyecto de la reforma del estadio Centenario, para que sea un estadio FIFA, ¿no es cierto?

-Nunca. Lo dice él. Por un lado, él graba esos audios donde supuestamente yo lo voy a "favorecer" o "ayudar". Pero después cuando se despide él, con esa amenaza de que "se terminaron los códigos", él lo dice claramente: "Tanto que trabajé por el estadio Centenario, y nunca te pude presentar el proyecto".

-Pero él dice que sí te presentó el proyecto. La abogada de Alcántara, Silvia Etchebarne, me dijo que tiene las pruebas de que él le acercó un proyecto de reforma del Centenario.

-Bueno, yo no voy a entrar a discutir con la abogada de él... No voy a discutir con nadie de este tema, excepto en una causa judicial. Si siguen insistiendo con este tema, iremos al juzgado y dirimiremos todo ahí. Yo digo que nunca hubo nada, no se avanzó y no se hizo nada. Porque, además, era una persona que insistía permanentemente y a la luz de los hechos, es claro que estaba creando prueba.

-En su momento también se lo acusó de comprar cuentas de Twitter truchas (los llamados bots) para desprestigiar a Eduardo Abulafia, competidor suyo en las elecciones por la AUF. ¿Contrató cuentas truchas?

-Es falso, totalmente falso. Es una más entre tantas falsedades que se dijeron. Yo cargué con mi silencio a cuestas. Estuve mucho tiempo sin hablar, y sin defenderme -me defendí donde tenía que defenderme, en la Justicia-, y seguiré defendiéndome ahí. Por otro lado, se dijeron muchísimas cosas. Hubo muchas acusaciones. De esas acusaciones, pasaron por Fiscalía, pasaron por la FIFA y realmente no existió absolutamente nada de todas esas cosas que se dijeron. Se dijeron un montón de falsedades, entre tantas, esa (que compró bots en Twitter para desprestigiar a otro candidato). Es claro también que todas esas cosas que se decían y que se intentaron armar contra mí, tenía un móvil político. Esto no fue a la mitad o tres cuartas partes de mi mandato, fue a cinco días de la elección.

-Usted denunció a Alcántara y recién un mes después denunció al periodista Julio Ríos, y los dirigentes de fútbol José Luis Palma (Liverpool) y Arturo Del Campo (Danubio, entonces candidato a presidente de la AUF). ¿Por qué dejó pasar un mes para denunciarlos?

-Eso corresponde a una estrategia jurídica de mis abogados. Además de eso, fue una situación muy especial la que vivi. Durante mucho tiempo yo no estuve bien, en mi estado de ánimo y en mi pensamiento, no estuve en un estado reflexivo. Después, también, fueron surgiendo elementos de la propia investigación que ameritaron, según mis abogados, que hiciera esas otras denuncias.

"Las acusaciones pasaron por Fiscalía, pasaron por la FIFA y realmente no existió absolutamente nada de todas esas cosas que se dijeron. Se dijeron un montón de falsedades, entre tantas, esa de la compra de cuentas truchas para desprestigiar a otro candidato"

-Se investigó su denuncia por extorsión, pero nunca se investigaron los audios, el contenido de los audios que en su momento divulgó el diario El País... ¿Por qué no se investigaron los audios?

-Yo no estoy de acuerdo en que yo se hayan investigado los audios. Yo creo que eso es algo que instaló la defensa de los otros imputados, y explico por qué: cuando yo me presento por primera vez a declarar ante la Fiscalía, la fiscal que comenzó la investigación (Silvia Pérez) me dijo: "Mire Valdez que estamos siguiendo la línea de investigación de violencia privada. Pero también, en materia penal, la carátula de un expediente cambia en un instante". Como diciendo claramente que si de los audios surgían otro tipo de responsabilidades, iba a cambiar la cosa contra mí. Nunca se hizo, porque evidentemente no surgió (de los audios). Lógicamente se investigó el contenido de los audios, lo tuvo la Fiscalía. La Fiscalía actuó de oficio y tenía todo encima de la mesa.

-El Tribunal de Instrucciones de la FIFA un órgano independiente- lo acusó de 12 cargos de acuerdo al Código de Ética de FIFA. pero la cámara de adjudicación del comité de ética de la FIFA solo le señaló faltar al deber de lealtad según el código de ética de la FIFA, aduciendo que faltó a su deber fiduciario. ¿Qué quiere decir? ¿Por qué lo sancionaron?

-En criollo, es una falta por no cumplir con la confidencialidad. Lo que me dijo la FIFA fue: "Usted no debió hablar de temas institucionales con una persona en forma privada". Si uno lee el artículo 15 lo que dice es "falta al deber fiduciario". Pero si uno lee los argumentos de la FIFA, es eso. Pero para que la gente tenga su propia opinión, yo anexé en el libro los documentos con el extracto de ese fallo, donde tiene el sobreseimiento de casi todas las acusaciones, pero también tiene por qué me acusaron y me sancionaron durante un año.

-Algún malpensado podrá decir: "Ah bueno, pero hizo lobby dentro de la FIFA, donde tiene amigotes y ahí se sacó una decena de acusaciones de encima, y le dejaron uno, para la tribuna".

-Primero, nunca hice lobby. Por otro lado, la Comisión de Ética, que en definitiva, me sancionó y trató mi caso, es una comisión independiente. Si bien la designa el Congreso de la FIFA, sus miembros son todos juristas independientes que están inhibidos de ocupar cargos políticos en las diferentes federaciones que están asociadas a la FIFA. Eso da garantía de una investigación seria y auténtica, como se dio. Por algo la FIFA manejó toda la documentación que manejó, la FIFA analizó los audios que cruzaron el Atlántico. Todo esto estuvo arriba de la mesa. Yo soy un hombre de derecho: si soy responsable de algo, y tengo que pagar por algo, lo haré, si el proceso es ajustado a derecho.

-Igual, eso es la FIFA, no es la Justicia.

-Pero el fallo de la FIFA es muy minucioso y exhaustivo. Si uno lo ve, se da cuenta que es un fallo ajustado a derecho, y de acuerdo a una investigación seria y no algo pour la gallerie.

"Del dicho al hecho hay un gran trecho. Si yo hubiera tenido alguna intención real de cobrar (esa coima), tal vez me equivoqué en sacármelo de encima argumentando cosas que después me iban a exponer"

-¿Usted siente que quedó limpio?

-(Piensa) Sí... yo sí, porque he sido juzgado como corresponde. Cometí errores, por supuesto, como ese error que me señala la FIFA. Es un gran aprendizaje esto, no hay dudas. Pero hay un hecho que no se puede soslayar: fijate que hay cuatro audios y se decía que habían grabado 50 horas. De cuatro audios, se editaron y sacaron 26. Eso es algo que la gente debe saber: hubo una intención de armar algo, más allá del error que uno haya podido cometer.

-Se lo acusó de cobrar una coima de 35.000 dólares por la iluminación del estadio Luis Franzini...

-Eso es una acusación, pero no hay ningún audio ni ningún documento que lo confirme. Lo dice la propia FIFA. Y por algo la Fiscalía inició una investigación al respecto y no encontró ninguna prueba.

-¿Y la famosa mención de "la puntita" de una comisión para una reforma del estadio Centenario en uno de los audios que lo incriminan? También se habla de "una cometa".

-El contexto de las conversaciones con esta persona, abusando de mi confianza, (él) buscó e infirió determinadas conversaciones, claramente. Uno muchas veces, en esta forma coloquial, puede llegar a hablar de más, eso es cierto... Pero en definitiva, del dicho al hecho hay un gran trecho. Si yo hubiera tenido alguna intención real de cobrar (esa coima), tal vez me equivoqué en sacármelo de encima argumentando cosas que después me iban a exponer. Si todas esas cosas que por ahí se dicen en determinado contexto, en un contexto casi de persecución -no lo digo yo, está en los chats-...

-¿Usted dice que lo inventó para sacárselo de encima? ¿Qué no tenía realmente esa intención?

-Y sí, si hubiera tenido la intención, hubiera hecho algo para que realmente se concretara. Uno dice tantas cosas... Uno muchas veces dice cosas que verdaderamente ni piensa... O por ahí las piensa, se le pasan por la cabeza un instante, y después reflexiona y las deja sin efecto.

-Me quedo con eso último: entonces, ¿se le pasó por la cabeza pedir esa coima, lo dijo irreflexivamente, y después cuando se puso a pensar lo dejó sin efecto?

-No... yo no creo que se me haya pasado por la cabeza. El tema es: en qué contexto uno habla. Vos hablás con alguien en confianza, tocás distintos temas, en ese tipo de conversaciones con alguien, en confianza, vos decís un montón de cosas... y si después replican públicamente, eso tiene un determinado efecto. Y si queda en lo privado, tiene otro efecto, porque capaz que ni siguiera pensás eso. Hay un tema que es importante: la persecución, que quedó probada, en función de la cantidad de chats y llamadas que hay de él hacia mí.

No hay evidencia en la Justicia que confirme mi culpabilidad. Y solo por acusaciones, uno no es culpable.

-A su vez ocho clubes de Primera y seis de la vieja C lo denunciaron por presunta estafa y ese caso judicial todavía está abierto. está en Fiscalía penal de tercer turno. ¿Qué cree que puede pasar allí? ¿Qué espera?

-Es una denuncia que está planteada bajo las mismas causas y con las mismas pruebas con que falló la FIFA, y tiene como testigo principal a la misma persona que me grabó. Yo estoy esperando, si la Fiscalía, así lo decide, a que me llamen para ir a presentar las pruebas que tengo, toda la documentación que ya he presentado en su momento en la FIFA, para decir mi verdad y aclarar lo que tenga que aclarar.

-Usted admitió ante la fiscal Pérez la presión del Ministerio del Interior de la época para adjudicar las cámaras de identificación facial en el Centenario a la empresa DDBA. Es más, usted anuncia que la empresa adjudicataria era Servinfo un viernes, y el lunes da la noticia de que ganó DDBA, 173 mil dólares más cara que la de Servinfo. ¿Qué pasó en esos días?

-No es tan sencillo de resumir... Lo que es claro es que fue una licitación que llevó un enorme trabajando durante mucho tiempo. La AUF, además, contrató a una empresa, la consultora ITC, para que en definitiva, controlara todo eso y tuviera un razonamiento técnico en un tema que nosotros no entendíamos. Y lo que sí, siempre fue claro, es que el control técnico del tema y la aprobación técnica del tema estaba a cargo del Ministerio del Interior. La licitación sí la hacía la AUF y el proceso lo llevamos adelante nosotros. Pero siempre fue muy claro, y están los documentos, es que el Ministerio del Interior tenía la última palabra respecto al tema técnico de las cámaras.

Toda esa documentación está en la AUF y en la FIFA, porque se llevó a la FIFA, se analizó, en un expediente grandísimo por todo el trabajo que llevó. Por supuesto que cuando saltan este tipo de cosas públicamente, saltan un montón de especulaciones. Pero la realidad es que se ejecutó a satisfacción, y que esas cámaras de reconocimiento facial han sido un instrumento muy importante para mejorar la seguridad en el deporte.

-Usted dijo en la Justicia que el Ministerio del Interior que comandaban Eduardo Bonomi y Jorge Vázquez tuvo "una incidencia mayúscula" en la licitación de las cámaras y que "presionó" para que se colocara ese sistema. ¿Cómo recuerda esa incidencia y esas presiones de la cartera?

-Que el Ministerio del Interior le impuso al fútbol que instalara el tema del reconocimiento facial en las canchas, no quedan dudas. La "incidencia mayúscula" fue en el tema técnico, y lo reafirmo. Está en los documentos. El aval final tenía que ser del ministerio porque, en definitiva, ese sistema de cámaras lo opera el ministerio. Fue establecido en el convenio que se firmó que la aprobación final debía ser del Ministerio del Interior. Eso fue lo que pasó.

-¿Usted dice que el Ministerio del Interior anterior no fue clave decidiendo a qué empresa se le adjudicaba la licitación, y qué empresa quedaba por el camino?

-A ver... si había una empresa que no satisfacía enteramente al ministerio, no la iban a dar ganadora.

"La 'incidencia mayúscula' del Ministerio del Interior fue en el tema técnico, y lo reafirmo. Está en los documentos. El aval final tenía que ser del ministerio porque, en definitiva, ese sistema de cámaras lo opera el ministerio"

-Un informe técnico había demostrado que la empresa DDBA había bajado el precio de sus cámaras, porque había bajado la calidad de las cámaras. Se esperó por una demostración técnica, empírica, que nunca se hizo. ¿Por qué, entonces, igual se le asignó a esa empresa?

-Te podrás imaginar que yo de los temas técnicos no sé nada... Por eso se contrató a esta empresa, ITC, para que verificara todos estos procesos, y para que hablara técnicamente con las autoridades del ministerio. Yo de cámaras, de instalación, no entiendo absolutamente nada. Todas las dudas que puedan existir, es con ellos.

La licitación fue limpia en el sentido... fue como correspondía... Si fueron 14 inicialmente que se presentaron es porque todas tuvieron la oportunidad. Y en la definición entre esas dos (DDBA y Servinfo), hubo un tema técnico que determinó la contratación de la empresa. Fue así, están los documentos.

-"Entiendo que los hombres debemos asumir nuestros errores sea cual sea la situación", dice usted en el libro. También reconoció haber cometido "errores" en esta entrevista. ¿Cuáles fueron esos errores que cometió? ¿De qué se arrepiente?

-En hablar cosas que no debí hablar, con determinadas personas. El quedar expuesto en conversaciones, por más que lógicamente, no sabía que me estaban grabando. Lo que yo dije en los audios anduvo por tres meses por todo el Uruguay, Todo el Uruguay tuvo la oportunidad de escuchar absolutamente todo en programas de televisión, de radio, en diarios. ¿Qué le voy a decir a la gente? Está ahí, la gente lo escuchó. ¿Ese fue mi error? Perfecto, lo asumo. De ahí a todos los otros entretelones, todas las especulaciones y acusaciones, hay un largo trecho. Y ahí estoy dispuesto a defenderme a capa y espada, hasta el final.

-Se hizo amigo del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a quien fue a visitar en setiembre de 2018 tras el escándalo de los audios. ¿Qué ha hablado con él desde que estalló el caso hasta hoy?

-En esa fecha fui a Londres a explicarle mi situación al amigo, a la persona con la wue había compartido tanto tiempo. Y ahí le dije textualmente: "Yo no te voy a pedir nada, me voy a someter a la comisión de ética de la FIFA". Por eso el 1 de octubre de 2018 presenté un escrito poniéndome a las órdenes de la comisión de ética de la FIFA. Desde ahí hemos tenido un vínculo, y nos hemos saludado en las fiestas de fin de año, por ejemplo. Más allá del tema político quedó una relación, un aprecio, a pesar de no habernos visto nunca más por razones obvias.

-Ya está habilitado para volver a la política del fútbol, a ser dirigente deportivo. ¿Piensa volver?

-No, hoy por hoy estoy tranquilo, con mi familia. Me costó muchísimo volver a la parte profesional (la escribanía), por lo difícil que es reinsertarse, y también por las dificultades económicas del país. Ya estoy acostumbrado a mi oficina, a mi vida familiar... Lo que me gustaría a mí es colaborar con mi club en lo que sea, no desde un cargo político. Volver a esa pasión, esa adrenalina que tenía cuando era joven, de estar cerca de los quehaceres del club. Pero no desde un cargo político.

-Contó en Locos por el fútbol (Del Sol FM) que estaba haciendo terapia. Que empezó a hacer terapia a partir de su alejamiento de la AUF. ¿Para qué le ha servido?

-Yo nunca había hecho terapia, entonces fue una gran decisión personal. Me cambió la visión de muchas cosas. Uno aprende a comprenderse más a sí mismo, navega por aguas en las que uno no había navegado nunca. Lo que te da la terapia es una gran herramienta de autoconocimiento, y también para conocer cómo pueden llegar a actuar los demás también, y toda esa interrelación. Lo fundamental que la terapia me ha dado es recuperar la terapia en mí mismo, saber verdaderamente quién soy, qué persona soy, eso es lo que me ha dado.

-¿Es feliz?

-Sí, soy feliz, sí, sí. Estando con mi familia, yo soy feliz. Después, los avatares de la vida son otra cosa, y la conducta de los demás... Bastante tengo con lo mío.

 

Por César Bianchi