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Internacionales

Aplauso, medalla y beso

Uruguay ganó 9 medallas en las Macabeadas. Por Ana Jerozolimski

La delegación uruguaya obtuvo dos medallas de plata y siete de bronce en el evento deportivo que congrega a deportistas judíos de todo el mundo.

16.07.2017 16:29

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2017-07-16T16:29:00-03:00
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Al finalizar este martes en Jerusalem uno de los eventos deportivos más grandes del mundo, las Macabeadas- que contaron con la participación de casi 10.000 deportistas judíos de más de 80 países- , el resumen de la delegación uruguaya es positivo: 9 medallas , dos de ellas de plata y el resto de bronce. La primera (bronce) la ganó Alain Werba en karate y todas las demás fueron en natación. Siete de ellas en categoría de mayores de 65 años (incluyendo dos de plata) fueron obtenidas por Marcos Szeinfeld y la otra, en postas- compartida por ende con otros nadadores de otros países- fue ganada por Dani Baicovicius.

Si bien en competencias internacionales lo que cuenta formalmente es el resultado definitivo, no está de más tener presente el desempeño general de la delegación en las distintas disciplinas más allá de las medallas obtenidas. Y hay que tomar en cuenta que todos los participantes uruguayos son deportistas amateurs que en las Macabeadas competían con profesionales que ya han sido inclusive campeones olímpicos.

El tenista Alejandro Ringwald ganó sus cuatro primeros partidos, lo cual se consideró un gran logro. Un buen desempeño tuvo también Alejandro Greiver, de 17 años, que salió décimo entre 20 en ajedrez, tras haber ganado varios partidos y habiéndose enfrentado a rivales considerados "monstruos" en dicha disciplina. Jack Pérez salió cuarto en su categoría en la competencia de natación en aguas abiertas en Tiberíades, o sea a un paso del bronce. Y en fútbol, aunque el resultado lejos estuvo del deseado (octavo puesto), se logró al menos la primera meta que el seleccionado se había planteado a sí mismo: pasar a la segunda fase en la competencia, algo que no se conseguía desde 1989.

La delegación uruguaya estuvo compuesta por 40 deportistas de entre 17 y 72 años, entre ellos dos mujeres. Los compatriotas compitieron en ocho disciplinas: fútbol, karate, ajedrez, tenis, ciclismo, Macabiman (el Ironman Macabeo), natación y 1/2 Maratón. La Secretaría de Deportes declaró la participación uruguaya en el evento como "de interés nacional", de lo cual se desprende por ejemplo que si alguno de los participantes pierde una fecha de examen por este viaje, recibirá una fecha alternativa.

Claro está que todo aquel que gana una medalla siente un orgullo a nivel personal y una alegría por el logro que ello significa para la representación uruguaya. Pero hablando con varios de los participantes estos días, tenemos claro que lo central para todos ha sido la participación como uruguayos y judíos.

"No hay nada como entrar en la multitudinaria ceremonia de inauguración, en la que ingresaban todas las delegaciones al estadio, con la bandera de Uruguay al frente" , nos dijo Marcelo Burcatovsky, jefe de la delegación. "Eso ya vale todo", aseguró, agregando que "también es muy emocionante para todos nosotros hacerlo en Israel, compartiendo esta experiencia con tantos otros deportistas de distintas comunidades judías del mundo".

Y el capitán del equipo de fútbol Nicolás Longinotto reflejó una emoción muy similar al revelarnos un momento íntimo del grupo: "Antes de cada partido, en el vestuario, nos abrazamos todos y cantamos el himno nacional. Y salimos a la cancha con la piel de gallina de emoción".

Minutos antes de comenzar el partido de cuartos de final en fútbol contra Estados Unidos- que lamentablemente perdimos 4 a 2- escuché una conversación en la hinchada norteamericana, cuando el padre de uno de los jugadores preguntaba a otro si sabía qué tal es el equipo uruguayo. No sé si por haberse enterado de lo emocionante que había resultado el partido anterior, en el que Uruguay ganó 3 a 2 a Perú haciendo el gol clave en el último minuto, o por la fama Celeste, el hombre respondió: "Yo oí que son muy buenos, luchan fuerte, no se rinden". Me sonreí sola y pensé: "Se ve que así se dice garra en inglés".

Uno de los evento más singulares fue la media maratón corrida en Jerusalem, entrando en algunos tramos en la Ciudad Vieja y teniendo de escenario de fondo las simbólicas murallas y la Torre de David. "Esto es indescriptible, las palabras no alcanzan para expresar lo que fue correr así", nos dijeron Avital Taube y Liana Andacht, las dos mujeres de la delegación. Uno de los tesoros que se llevan de la Macabeada, es sin duda la foto que se tomaron con ese impresionante paisaje a sus espaldas, con los colegas compatriotas que también corrieron: Jack Pérez, Marcelo Lublinerman, Daniel Carmona y Robert Kunin.

La media maratón fue de noche, lo cual ayudó a lidiar con el esfuerzo. Pero competir en el día fue todo un desafío, por el intenso calor. En ciclismo por ejemplo, cada minuto salía otro competidor, por lo cual el evento empezó ya a las 6.30 de la mañana, y si bien se dejó para salir más tarde a los israelíes, acostumbrados al calor local, cuando le tocó a uno de los uruguayos salir, ya había 33 grados en la sombra".

Combinando la satisfacción por lo logrado y las decepciones por lo no alcanzado, la delegación uruguaya termina la Macabeada decidida a volver en cuatro años con mejor preparación aún. "Estas cosas sirven para entrenarse más todavía y prepararnos más aún para la próxima", nos dijo el capitán de fútbol Longinotto tras haber perdido con EEUU en cuartos de finales.

A medio camino estarán las Macabeadas Panamericanas en México en el 2019. "Ojalá para ese evento la delegación sea mucho más grande todavía", comentó el nadador Dani Baicovicius. "Sería lindo estimular a más gente a participar. Lo único que podés vivir es una experiencia brillante. No hay duda de eso".