Uruguay busca consolidar sus políticas en materia energética con una firme apuesta a los recursos renovables, ámbito en el que se encuentra a la vanguardia mundial y que planea fortalecer con la atracción de inversiones para la generación de más capacidades, informaron fuentes oficiales.
Según datos facilitados por el instituto de promoción de inversiones y comercio exterior Uruguay XXI, el país cuenta con una participación de un 56 % de energías renovables en la matriz productiva primaria, cifra que casi sextuplica el promedio mundial, de 9,3 %.
Dentro de ellas, Uruguay se destaca por el impulso que ha dado a la generación de electricidad a partir de fuentes limpias como la energía eólica o hidroeléctrica, que proporcionan al país un 92 % de su consumo, frente a un promedio mundial del 22 %.
Tanto el sector público como privado del país invirtieron unos 7.000 millones de dólares de 2010 a 2015 en infraestructura energética, cifra que significa más del 3 % del producto interior bruto (PIB) acumulado en ese periodo.
En ese sentido, la nación se ubica en "el quinto puesto mundial en relación al nivel de inversiones en energías renovables" con respecto a su PIB, según un estudio de la Red Global de Política Energética (REN, por sus siglas en inglés) citado por Uruguay XXI.
Según ese mismo documento, Uruguay fue el país que incluyó más energía eólica a la red eléctrica per cápita, puesto que espera mantener, ya que en 2015 y 2016 el país ha continuado la ampliación de su capacidad en este tipo de energía renovable.
Entre 2008 y 2015, el país ha instalado 25 parques eólicos por una potencia de 850 megavatios, que este año aumentará a los 1.200, bajo participación privada, pública o mixta.
Precisamente la sinergia entre el sector público y el privado en el país es un ejemplo de buenas prácticas en la materia, con las subastas de la empresa eléctrica estatal UTE incluidas entre las recomendaciones de la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Asimismo el país se ha destacado por la diversificación y el aumento de la participación de la biomasa, que representa el 36 % de la energía consumida en su territorio.
Mientras que hace 10 años el 91 % de la biomasa provenía de la leña, el porcentaje de esta fuente de energía actualmente es del 31 %, con más de dos tercios provenientes de cáscara de arroz, caña de azúcar, celulosa, sorgo dulce o biocombustibles, entre otros.
Por estos motivos, el Consejo Mundial de la Energía situó a Uruguay en el cuarto puesto mundial "en cuanto a la sustentabilidad de su sistema energético".
Por su parte, en Climascopio 2015, una clasificación elaborada por el BID, el país se posiciona en el octavo puesto, ya que sobresale "como la economía en desarrollo con el marco más propicio para la inversión en energías limpias".
Dentro de la política energética uruguaya, fijada por el Gobierno en 2008 y ratificada por una comisión multipartidaria en el Parlamento en 2010, se incluyen exoneraciones fiscales y otros incentivos para promover la participación privada en el cambio de la matriz de energía del país.
(Fuente: EFE)
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