La fila a lo largo del Támesis para ver el féretro de Isabel II ubicado en el Parlamento británico se alarga unos 6 kilómetros a mediodía de este jueves, después de que el miércoles por la tarde se abrieran las puertas de la capilla ardiente.

Miles de personas llegadas de varios puntos del Reino Unido, así como algunos turistas, avanzan a buen paso desde aproximadamente el puente de Londres hasta las Casas del Parlamento, donde deben pasar controles de seguridad de estilo aeroportuario antes de acceder al Westminster Hall.

Una vez en la capilla, los ciudadanos pueden rodear el ataúd, velado por guardias, y solo detenerse brevemente para hacer una reverencia o guardar un momento de reflexión, antes de volver a salir al exterior.

Si bien en los días anteriores a la apertura de la capilla ardiente, ayer a las 17:00 hora local (16 GMT), algunas personas pasaron la noche en la calle para asegurarse los primeros puestos de la fila, el tiempo de espera actual antes de entrar a la sede parlamentaria es de unas cuatro o cinco horas.

Las autoridades londinenses han hecho preparativos para acoger una cola de hasta 16 kilómetros a lo largo de la ribera sur del río, pero de momento su longitud ha sido mucho más reducida, según el seguimiento en vivo que ofrece el Ministerio de Cultura.

No obstante, esto podría cambiar el fin de semana y hasta que la capilla ardiente se cierre al público, a las 6:30 hora local del lunes (5:30 GMT), cuando los restos de la soberana serán trasladados a la cercana abadía de Westminster para su funeral de Estado.

En el recorrido marcado para la fila se han instalado lavabos portátiles y voluntarios de la Cruz Roja, unos 600 profesionales sanitarios y en torno a 180 miembros de la organización sin ánimo lucro Samaritans están disponibles para ayudar al público.

La gente —muchos de ellos personas mayores o de mediana edad, en buena parte mujeres— mantiene un espíritu positivo, de colaboración, ilusionada por decir adiós a la soberana y por vivir un momento histórico.

EFE