Uno de cada cinco niños presenta rezagos educativos antes de los 5 años, según informe

Uno de cada cinco niños ya presenta rezagos educativos antes de los 5 años. Esa es una de las conclusiones principales del informe elaborado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd) y la Universidad de la República, que cruzó, por primera vez, los resultados del Inventario de Desarrollo Infantil (INDI) con las pruebas Aristas de tercer año.

El estudio siguió la trayectoria de más de 5.600 escolares evaluados en educación inicial pública y luego en tercero de primaria. Según los datos, entre 11% y 20% de los niños mostraba niveles de desarrollo descendidos en áreas clave como lenguaje, habilidades lógico-matemáticas, desarrollo motor o comportamiento socioemocional cuando cursaban nivel 5.

Esa información, señala el informe, permite anticipar con claridad quiénes tendrán mayores dificultades al llegar a tercero. El desarrollo cognitivo temprano —en particular el lenguaje y las habilidades lógico-matemáticas— se convirtió en el factor más influyente del desempeño posterior, con un peso similar al contexto socioeconómico del centro educativo.

Los investigadores observaron que los niños que obtuvieron puntajes bajos en esas áreas a los 5 años fueron quienes, tres años más tarde, alcanzaron niveles descendidos en lectura y matemática. Además, cuando se incorporan estas variables tempranas al análisis, la extraedad deja de explicar el bajo rendimiento, lo que indica que el rezago académico aparece antes de la repetición o del ingreso formal a primaria.

El estudio también muestra diferencias según origen social: los niños de hogares y escuelas de contexto más favorable tendieron a presentar mejores niveles de desarrollo en inicial y mejores resultados en tercero. Sin embargo, el informe subraya que el desarrollo temprano es un espacio donde las trayectorias pueden cambiar, incluso en contextos vulnerables.

Para explorar el potencial predictivo del INDI, el equipo aplicó un modelo de aprendizaje automático. Con información del desarrollo temprano, el nivel socioeconómico familiar y el contexto escolar, el sistema logró anticipar con precisión moderada qué alumnos tendrían desempeños bajos en matemática o lectura.

Según el informe, estos resultados plantean la oportunidad intervenir antes, cuando las habilidades aún están en formación. Estrategias de estimulación cognitiva, trabajo con familias y seguimiento sistemático desde los 3 a los 5 años podrían, según los autores, “evitar que los rezagos iniciales se consoliden y se transformen en dificultades persistentes en la primaria”.